Claudia y Mabel, dos maestras muy queridas, recibieron un emotivo homenaje en la Escuela 112
Con aplausos, recuerdos y mucha emoción, la comunidad educativa despidió a dos docentes con vocación y trayectoria que marcaron a generaciones de alumnos en Esquel y que se jubilaron recientemente.
Este lunes 26 de mayo, en el SUM de la Escuela N°112 de Esquel, el acto escolar por la fiesta patria tuvo un condimento muy especial: la comunidad educativa aprovechó la ocasión para despedir y homenajear a dos docentes entrañables que se jubilaron recientemente.
Se trata de Claudia Torres y Mabel Diocares, quienes dejaron una profunda huella en sus alumnos, colegas y familias.
La ceremonia fue un verdadero momento de encuentro y emoción. Hubo palabras cálidas, recuerdos compartidos, abrazos, risas y alguna que otra lágrima.
Porque no se trataba de una simple despedida, sino de celebrar la trayectoria de dos mujeres que dedicaron su vida a la docencia con pasión, entrega y una enorme vocación.
Claudia: del aula al escenario, siempre enseñando
Claudia Torres se jubiló el pasado 1 de mayo, luego de un extenso recorrido en distintas instituciones educativas como las escuelas 112, 758 y 7722.
Desde sus clases de apoyo hasta sus inolvidables talleres de Teatro, supo conjugar el amor por la enseñanza con su pasión por las artes escénicas.
Nacida en Corcovado, Claudia siempre supo que quería ser maestra.
Con los años, no solo cumplió ese sueño, sino que lo expandió: convirtió cada aula y cada escenario en un espacio para que sus alumnos aprendieran, se expresaran y crecieran. Su mirada cercana y sensible dejó huella en todos los que la conocieron.
La comunidad educativa la despidió con palabras de afecto y el deseo sincero de que disfrute esta nueva etapa junto a su familia, con la misma energía con la que se entregó a cada proyecto escolar.
Mabel: vocación, humor y amor por la naturaleza
También el 1 de mayo comenzó su etapa de jubilación Mabel Diocares, o simplemente “Mabelita” como la conocen muchos en Esquel.
A lo largo de su carrera, trabajó en numerosas escuelas de la ciudad y zonas rurales, pasando por todos los niveles del sistema educativo: primario, secundario y superior.
En la Escuela 112 fue vicedirectora durante más de diez años y, antes de jubilarse, se desempeñó como directora normalizadora de la casa estudiantil.
Mabel no solo enseñó, también acompañó, contuvo, soñó y hasta se animó a que sus estudiantes conocieran el Alerzal Milenario, convencida de que la naturaleza también educa.
Con su buen humor, su cercanía y su infinita colección de anécdotas, se ganó el cariño de generaciones de estudiantes, colegas y vecinos.
“Amó su profesión y a los niños. Se divirtió mucho dando clases”, sintetiza el homenaje que le dedicó la comunidad educativa.
Una jornada que quedará en el recuerdo
El acto en la Escuela 112 fue mucho más que una despedida: fue una celebración de la docencia entendida como vocación de vida. Claudia y Mabel dejan las aulas, pero se llevan el reconocimiento de todos los que compartieron con ellas el camino.
Porque enseñar no es solo transmitir contenidos, es sembrar valores, despertar curiosidades y dejar marcas que perduran en el tiempo. Y ellas lo hicieron con creces.
¡Feliz jubilación, Claudia y Mabel! Que esta nueva etapa sea tan hermosa como todo lo que sembraron.