El conflicto por el reclamo de los médicos de terapia intensiva del Hospital de Esquel se agudiza y los trabajadores le respondieron a la Ministra de Salud que los acusó de llevar adelante una medida extorsiva.

Tras las declaraciones de la titular de la cartera de salud de la provincia, Miryám Monasterolo, los médicos de terapia intensiva dialogaron con Notas de Radio por Fm Sol y detallaron el difícil y angustiante momento que están viviendo. 

La Dra. Carla Simeone indicó que el conflicto no es exclusivamente salarial ni tampoco solo de los médicos, ya que también afecta a otros trabajadores del hospital. “Los que están poniendo en riesgo la salud es el ministerio porque son reclamos que llevan mucho tiempo”, aseguró. 

Aclaró que en ningún momento fueron amenazantes ni tuvieron la intensión de extorsionar, sino de avisar que “estamos llegando a un tope de nuestra posibilidad de continuar con el trabajo porque estamos colapsados. Fue un aviso para ver como lo solucionamos", dijo. Agregó que tienen un “estrés laboral extremo” que los llevó a tener licencias psiquiátricas debido al exceso de trabajo y les parece una ofensa lo expresado por Monasterolo. 

Al ser consultada por la posible solución al conflicto, mencionó que no solo pasa por lo salarial, sino que también es necesario que incorporen más profesionales y agregó que no se sentarán a dialogar con la ministra, por lo que deberá poner un intermediario. “No podemos hablar con esta mujer que ensució a un servicio que es impecable”, dijo. 

Aseguró que no solo es la lucha de los médicos terapistas sino de todo el hospital. “Nos están matando, están desgastando y poniendo en riesgo la vida de toda la población”, expresó. 

El Dr. Fabián Salomone resaltó la importancia de que el servicio cuente con profesionales capacitados para desempeñarse en terapia intensiva, considerando que actualmente están llamando médicos de otras áreas para cubrir las guardias. 

“Los únicos responsables de lo que pueda suceder en la terapia intensiva manejada en estos momentos con médicos no especialistas es responsabilidad de la dirección y del ministerio de salud”, aseguró. También recordó que es la única terapia en toda la Comarca Andina. 

Comentó que es una situación crítica que viene desde hace mucho tiempo, pero siempre continuaron sin hacer público el reclamo porque “ponían de escudo a los pacientes, nos ponían siempre al medio, pero ahora llegamos a un punto en que no podemos más”. 

En cuanto a la solución al conflicto, dijo que es una decisión política y lamentó tener que haber llegado a esta situación “para que se den cuenta lo importante que es nuestro trabajo”. 

Al ser consultado por los sueldos de los profesionales en otras ciudades de la provincia, indicó que cambian los montos de la costa a la cordillera. “Somos nosotros los que quedamos relegados, antes nos aplaudían y ahora somos extorsionadores”, expresó. 

Por su parte, la terapista Geraldine Roberts contó que llegaron a ser 9 médicos (cantidad adecuada para garantizar el servicio), pero actualmente dos están con licencia por paternidad y dos se fueron por cuestiones salariales. Quedaron 5 que tienen que hacer dos guardias por semana y cuatro de ellos tienen licencia psicológica. 

“Nos explota la cabeza. Estamos hartos, desgastados, estresados, no damos más”, expresó al relatar las horas de trabajo que tienen que cumplir ante la falta de profesionales en el servicio. “No lo vamos a hacer, mucho menos por el sueldo que nos están pagando que es paupérrimo”, dijo. 

En ese sentido, informó que los médicos cobran la hora guardia 800 pesos y los sueldos llevan a que los profesionales no quieran venir a vivir a la ciudad debido a que son bajos y es caro el costo de vida. 

Un dato curioso 

La Dra. Echeverri indicó que, a raíz de la decisión de los terapistas, desde el Área Programática Esquel comenzaron a llamar a médicos de otros servicios del hospital para cubrir las guardias de terapia intensiva. 

En ese marco contó, casi de manera anecdótica, que convocaron a su marido, que es ginecólogo, para ser parte del servicio. “Una situación bastante desagradable que llamen a mi esposo y yo haciendo una medida por cómo estamos”, concluyó.