El INTA Esquel, a través de un comunicado, informó que desde noviembre del año pasado hasta la actualidad la Unidad Ovina del Campo Experimental Agroforestal Trevelin, ubicado en el paraje Aldea Escolar, sufre numerosos hurtos que redujeron drásticamente el plantel de ovinos.

En dicho comunicado, desde el INTA remarcan que sobre el plantel de animales ovinos se realizan investigaciones de vanguardia y desarrollos tecnológicos que se derraman a productores y profesionales del sector.

Los hurtos repetidos redujeron el plantel de distintas razas con las que se trabaja hace más de 20 años ininterrumpidamente. “De esta manera, se perdió el esfuerzo de mejoramiento genético realizado sobre 15 carneros de las razas Texel, Poll Dorset y Merino Dohne de alto valor genético”, explican. 

Desde el INTA señalaron también que estas pérdidas, además de genética que no podrá llegar a las majadas en campos de productores, en términos económicos significan un perjuicio que superan los 5 millones de pesos

La mayoría de los animales hurtados son de pedigree, genética importada de Inglaterra y Nueva Zelanda, y están tatuados en sus orejas. 

La Unidad Ovina es una referencia en genética y nutrición a nivel nacional, produciendo animales de razas carniceras con medidas objetivas de alto valor genético, destinada a la comercialización y trasferencia de tecnologías al sector ganadero local y nacional. 

Cabe destacar que el desarrollo de distintas etapas experimentales involucra tiempos que pueden superar los 10 años, por lo que estos hechos delictivos comprometen por un lado el avance del equipo de investigadores y técnicos, y por el otro, impactan negativamente sobre el sector productivo, ya que, en definitiva, numerosos datos y avances en el conocimiento no se podrán llegar al territorio. 

Estos trabajos malogrados incluyen muchas actividades complejas como: trámites para la importación a nuestro país de genética de otros países, trabajos reproductivos en la majada como el congelamiento de semen, la inseminación artificial, la colecta y transferencias de embriones, y la evaluación genética del crecimiento y producción de carne de ovinos de raza carnicera. 

Ésta es una de las tantas problemáticas que los productores de ovinos enfrentan en distintas zonas productivas del país. 

En este contexto, el equipo de trabajo de la Unidad Ovina está comenzando a evaluar distintas alternativas como el uso de cámaras, el empleo de razas de perros protectores de mayor carácter, y la introducción de dispositivos con tecnología GPS para el seguimiento de animales. 

Estas últimas alternativas podrían, a futuro, ayudar al productor a tener un control instantáneo de cambios en el comportamiento de la majada que alerten sobre hurtos, ataque de perros y de otro tipo de depredadores.