La palabra resiliencia surge en la metalurgia y se refiere a la capacidad de los metales de resistir su impacto y recuperar su estructura.

En psicología, el concepto responde a la capacidad de recuperarse o adaptarse a la desgracia, al cambio, o a momentos difíciles.

La resiliencia no es un rasgo. No es algo con lo que se naces. No es algo que simplemente se tiene. La resiliencia se construye, se ejercita.

Te propongo 8 formas prácticas de para ponerte en contacto con la resiliencia:

Reconocé que tu dolor y tu lucha son  legítimos

Sin importar por que sea ese dolor, o contra qué estés luchando, no te avergüences de lo que te hace sufrir.  Aunque creas que es una tontería, cada uno tiene su batalla. Es muy importante comenzar aceptándose a uno mismo, con lo bueno, lo malo, lo triste,  incluso aceptar las cosas que se consideren como defectos y se  deseen cambiar

    Date cuenta de las formas en que ya estas siendo resiliente

    Pensá: ¿Cuáles fueron los tres momentos más difíciles de mi vida? ¿Cómo superé esas cosas? ¿Cuáles de mis recursos puse en funcionamiento para afrontar esas situaciones? Seguramente ya sabes algo sobre ser resiliente.

      No esperes a que la situación mejore sin hacer nada

      La investigación nos dice que las personas resilientes tienden a ser personas activas. Dicen: ¿Qué voy a hacer al respecto? en vez de ¿Cuándo terminará esto? Puede que los problemas no se resuelvan de la noche a la mañana, pero todas las dificultades se pueden abordar de alguna manera.

        Conoce tus fortalezas y úsalas

        Para cada persona, estas son diferentes. Algunas personas tienen una gran personalidad, otras inteligencia o algún tipo de talento o una verdadera capacidad de empatía. Usa eso para agarrarte, para motivarte, para conectar con los demás.

          No estés solo

          Una cosa que hacen las personas resilientes es buscar apoyo. No tiene que ser un terapeuta; podría ser un mejor amigo, un familiar o una pareja. Uno de los mayores pronosticadores de recuperación luego de una adversidad, es tener una red de contención.  Las personas resilientes en realidad se dejan ayudar y acompañar por otras personas.

            Aunque no hace falta que seas el alma de la fiesta

            Cada uno sabe la calidad y cantidad de relaciones que necesita en su vida. Para algunas personas, eso será algo como: "...Hay solo dos personas en el mundo que saben todo lo que hay que saber sobre mí". Otras personas, querrán ser conocidos por un grupo más grande. No importa como desees configurar tus grupos sociales. Solamente es importante que sepas que son importantes para tu bienestar, y los alimentes.

            Descansar mentalmente

            Muchas personas se relajan leyendo libros, otros se sumergen en sus pasatiempos, o hacen deporte para tomar un descanso mental de una situación que no pueden resolver de la noche a la mañana. Es posible que no puedan solucionar ese problema, pero pueden protegerse de la abrumación que genera. Actualmente, hay muchas cosas en el mundo en este momento que se sienten abrumadoras y por eso, es importante tomar un descanso de ellas.

            Practicar la autocompasión

            La autocompasión no es visitar lugares caros, masajes y manicure. No es tenerse lastima.

            La autocompasión tiene más que ver con pequeños gestos de cuidado cotidiano: dormir una siesta cuando se está muy cansado, pedir ayuda, decir NO.

            Es no compararse con los demás, darse permisos, tratarse con cariño, como se trata a los seres queridos.

            Lara Kraiselburd. Psicóloga clínica.

            Enfoque basado en evidencia. Psicología positiva.

            Instagram: lara.kraiselburd