Esta semana será clave y decisiva para todo lo que resta de la gestión de Mariano Arcioni al frente del Poder Ejecutivo, ya que todo parece estar supeditado a la aprobación del paquete de leyes que la Legislatura tratará este martes para que una provincia que tiene las cuentas en rojo pueda contar con fondos extra del gobierno nacional que necesita como agua en el desierto para poder seguir sobreviviendo.

A dos meses de haber asumido en una situación traumática, como fue la desaparición física del líder del proyecto, Mario Das Neves, y aún sin haber logrado afianzarse en el poder, la gestión del escribano comodorense -que aún es evaluado a cada paso tanto por propios como por ajenos- tiene el enorme desafío de lograr construir consenso en una Cámara de Diputados que en lo previo no se la está haciendo para nada fácil.

Todo parece indicar que no habría grandes inconvenientes en aprobar las leyes de Presupuesto para los tres poderes del estado, así como la Ley Tributaria y la prórroga de emergencias para servicios como el de los cirujanos y anestesistas. Por supuesto tampoco generan problemas las exenciones impositivas para el ISSyS y las operatorias Procrear, y también hay consenso para volver a la carga con la ley que autoriza a los municipios a utilizar para gastos corrientes la mitad de los fondos del endeudamiento, en contra del veto que en su momento había firmado Mario Das Neves. Donde se espera mayor debate en la previo respecto es en lo referido a las reformas que diputados quieren hacer a la prórroga de la ley de emergencia en servicios públicos, tema candente con la crisis que viven las cooperativas del interior de la provincia.

Pero sin dudas los temas más fuertes, los que más necesita la gestión Arcioni y que justamente generan mayor rechazo, son dos: el Nuevo Pacto Fiscal que firmó con el presidente Mauricio Macri y que debe ser ratificado para entrar en vigencia, y la prórroga de la Emergencia Económica, Financiera y Administrativa en toda la provincia por 24 meses, que tiene como puntos más sensibles la suspensión del pago de deudas a proveedores de más de 500 mil pesos por el plazo de dos años, y establece un parate a los subsidios que aporta el estado. Incluso prevé rescindir contratos de obra en ejecución, frena la compra de bienes de capital y pretende desprenderse de todos aquellos inmuebles que no sean indispensables. El único punto en el que todos parecen estar de acuerdo es en continuar con la suspensión de las ejecuciones de las sentencias judiciales contra el Estado, y también, como parece obvio en estos momentos, la autorización para hacer operaciones de crédito que permitan reestructurar la actual deuda provincial.

En lo previo, los diputados de casi todos los bloques sostienen que no están dispuestos a acompañar varios puntos, en especial el freno de pago a proveedores, que de hecho ya está ocurriendo con retrasos de hasta un año, pero que en este caso sería oficializar la caída de la cadena de pagos en buena parte del sector privado, que ha puesto el grito en el cielo a través de sus cámaras empresariales y ha pedido a los legisladores que no lo voten. El gobernador salió en las últimas horas a decir que esto no es grave, que en la práctica eso no va a ser una medida generalizada, sino que sólo es un relevamiento de lo que se debe. Pero como sostienen los diputados, el texto de la ley es claro, y no dice eso.

El otro punto polémico, y que motivará la presencia además el martes a las 15 horas, de una movilización de la dirigencia de los gremios nucleados en la Mesa de Unidad Sindical recientemente conformada, es el denominado Pacto Fiscal. Se trata de un acuerdo firmado entre el Presidente y 23 gobernadores, que establece nuevos parámetros en las leyes impositivas nacionales, que pretende bajar la carga fiscal a las empresas privadas, y que busca reordenar el reparto de fondos de coparticipación entre las provincias, luego de la amenaza judicial de la provincia de Buenos Aires por la caída de los ingresos del fondo del Conurbano Bonarense.

Para que esto entre en vigencia debe ser ratificado -Chubut es una de las 9 provincias que aún no lo hizo- y si es rechazado, la advertencia del gobierno es que se perderían 1400 millones de pesos al año y los municipios se quedarían sin la coparticipación de los fondos sojeros. En otras palabras, la presión hacia los legisladores es que si no aprueban esta ley, Chubut directamente no estaría en condiciones de seguir prestando los servicios básicos ni de pagar los sueldos a sus empleados. Es decir, la provincia entraría en default.

Claro que para la oposición, especialmente el FPV, el pacto es "invotable" desde el punto de vista ideológico, ya que lo consideran un ajuste a los trabajadores y un perjuicio para los estados provinciales más pequeños y alejados del poder central.  Los voceros del kirchnerismo local sostienen que se trata de un recorte feroz del gobierno de Macri impuesto a los gobernadores que no trae ningún beneficio, postura que está en sintonía con su sector encabezado por Cristina Fernández a nivel nacional, aunque no por el resto de los gobernadores del PJ y los legisladores peronistas que sí lo acompañaron en el Congreso.

Así las cosas, el panorama para el martes muestra en principio los dos extremos: 8 votos favorables del oficialismo (que por lo bajo igual manifiestan su disgusto, aunque van a votar) y los 10 del FPV que votarán en contra. Pero en el medio hay un escenario complejo de bloques más pequeños, a los que deberá apuntar la negociación del gobierno para lograr los 6 votos que le faltan para llegar a 14.

Los 3 diputados del bloque de Cambiemos no estarían acompañando la Ley de Emergencia en principio si no hay modificaciones, aunque sí el Pacto Fiscal impulsado por su Presidente. El unipersonal bloque creado por la cordillerana Cecilia Torres Otárola es una incógnita, pero en la Cámara creen que rompió con el FPV para poder votar con el oficialismo.

Distinta es la situación de los otros bloques: los dos diputados de Convergencia liderados por Alfredo Di Filippo han puesto muchos reparos en lo previo, pero están abiertos a negociar con el Ejecutivo, como los tres diputados del Frente de Agrupaciones Peronistas que responden a Gustavo Mac Karthy, quien esta semana mantuvo un encuentro con Arcioni para tratar de acercar posturas.

Queda mucho terreno para trabajar por parte de los operadores del Ejecutivo, pero es cierto que se perdió mucho tiempo. Sorprende la falta de avance en las negociaciones a esta altura del partido, cuando la sesión ya está encima y quedan pocas horas para tratar temas tan complejos y tan importantes. En vez de haber empezado un trabajo fino de aflojar posturas, negociar pequeñas reformas, hacer concesiones, en fin, el trabajo que todo gobierno necesita para lograr sus objetivos, lo que se ve hasta aquí es a Arcioni muy solo contra el resto del mundo (en los últimos días recibió también a Javier Touriñán además de a Mac Karthy) mientras se observa poco compromiso del resto de su equipo.

Los diputados reclaman hace tiempo la falta de interlocutores del gobierno que vengan a defender sus proyectos, y les reprochan que no busquen consenso además en otros sectores, como el empresarial y el gremial. "No se mueven ellos mismos para lograr consenso y nos piden a los diputados que nos inmolemos nosotros levantando la mano", se quejaba en las últimas horas una diputada, en lo que parece una alusión clara al hombre clave del gabinete, el ministro Coordinador Sergio Mamarelli.

De hecho, la reunión con los ministros Mamarelli, Oca y Pagani, será recién mañana lunes, un día antes de la sesión, debido -según comentan en los pasillos- a que varios de ellos estaban de vacaciones. Esta parsimonia de funcionarios del Ejecutivo realmente sorprende a varios legisladores, que protestan porque observan que mientras los números de la provincia están en rojo, la mayoría de los integrantes del gabinete no dan muestras de redoblar el esfuerzo y dar el ejemplo. Hablan de recortar gastos, pero los días de semana por la tarde, las oficinas de Casa de Gobierno están prácticamente vacías.

Con este panorama, lo que ocurrirá el martes por la tarde en la Legislatura es realmente incierto. En dos días se pone en juego un nuevo escenario político provincial. Arcioni necesita obtener los votos para dar tranquilidad a su gestión y comenzar el año con cierto alivio. Si esto no ocurre y  naufraga en el intento de convencer al arco político opositor, todo parece apuntar a un futuro negro para la provincia en lo inmediato. De la habilidad que demuestre él y su equipo en las próximas horas dependerá el resultado final.