A raíz de la información que brinda el Departamento de Bromatología de la Municipalidad de Esquel, respecto a inspecciones en comercios en los cuales se secuestra alimento que no está en condiciones de ser comercializado, se planteó la duda acerca de cuál es el destino del mismo.

En diálogo con EQSnotas.com, Benjamín Lobos, titular del Departamento de Bromatología, explicó que muchos casos de faena clandestina son detectados en ruta y quedan a cargo de Gendarmería Nacional o de la Policía.

Asimismo, reconoció que quedan algunas fugas que llegan a comercios locales. "Normalmente nuestros inspectores no encuentran en las carnicerías animales faenados clandestinamente, pero cuando se hace ese hallazgo, se decomisa la mercadería que queda a disposición de la jueza de Faltas", explicó.

También remarcó que, si se puede demostrar que el animal secuestrado por faena clandestina no representa ningún peligro, se le informa de esto a la Jueza de Faltas. "Le informamos que si el animal decide ser incautado del poseedor estaría la posibilidad de que se done a alguna institución", afirmó.

"Si la carne no cumple con esos requisitos, que es la mayoría de las veces, nuestra sugerencia es dárselo a los perros de la perrera municipal", agregó Benjamín Lobos quien además indicó que una media res pesa aproximadamente unos 150 kilos y de eso pueden comer unos 300 perros.

"Tirar esa comida en el relleno sanitario nos genera dolor de estómago, entonces siempre tratamos de que ese alimento, si no lo puede aprovechar un humano, lo aprovechen animales de granja o en la perrera", concluyó.