El director de la escuela 713, Claudio Ferrero, habló sobre la situación de las obras en el establecimiento educativo luego de que este miércoles se suspendieran las actividades debido a “no poder garantizar las condiciones mínimas de salubridad e higiene”.

En conversación con Notas de Radio por FM Sol, sostuvo que “desde la inauguración del sistema nuevo de calderas hasta hoy, no hubo más trabajos”. Recordó que eso fue hace algunos meses y se tenían que arreglar, además de la calefacción, la electricidad, los techos y se debían colocar las barras antipánico en todas las puertas. Solo se resolvió el primero de esos inconvenientes. 

Comentó que la empresa no volvió al edificio para continuar con las tareas previstas y desde Obras Públicas expresaron que “es una cuestión administrativa que están tratando de resolver”. "Estamos a 19 de octubre y 3 de los grandes trabajos que había que hacer, están sin hacer”, planteó Ferrero

"Uno de los temas que intuyo que puede estar trabando la cuestión es que los trabajos de calefacción fueron mayores a lo que se había proyectado, entonces hay que hacer reajustes del expediente y demás", comentó el director del colegio 713. Asimismo, consideró: “Son tareas que uno puede decir que no implican la suspensión de clases, pero en realidad deberían implicar”.

En este sentido, opinió que tener a 1000 personas por día en la escuela sin las barras antipánico en condiciones “es llamar a la tragedia”. También relató que días atrás un portero fue a reparar  una llave de electricidad y notó que el disyuntor del sector izquierdo del edificio “no corta”: “Algún corticircuito que se pueda dar, un incidente, no va a cortar. Son peligros ocultos de alguna manera que estamos corriendo todos”.

“Lo que debería suceder es que no tendría que haber clases. Es un tema que tenemos que reconsiderar en la comunidad educativa, que pareciera ser que cuando hay clases los problemas se resuelven y los chicos no corren más riesgo”, dijo Ferrero. “La frase que utiliza siempre el gobernador de negociar con los chicos adentro, a mí me suena a un galpón, y a veces me siento como en uno”, argumentó. 

En cuanto a los techos, apuntó: “En su momento la cuestión era el invierno, las heladas, las nevadas, no se podía subir a los techos a trabajar cosa que es totalmente comprensible, pero dejó de nevar hace tiempo ya”.