Muchos recordamos la felicidad que nos daba ver el carrito del pochoclero en algún lugar de Esquel. Quienes ahora somos grandes, seguimos viéndolo en alguna calle y recordamos lo hermoso que era comprar pochoclos cuando éramos chicos y lo sabrosos que eran.

Victor Morelo es el primer pochoclero de Esquel. La cara que veíamos cuando salíamos de la escuela o de algún otro lugar. Verlo significaba alegría y corríamos a comprarle una bolsita de pochoclos o le pedíamos a nuestros papás que lo hagan. 

Victor cumple 30 años de actividad. Hoy sigue perdurando ese servicio y verlo hoy significa recuerdos y felicidad.

“Siempre pensé que esta ciudad debía tener un servicio como este y me ha dado muchas satisfacciones”.

Durante estos 30 años, Victor ha acumulado muchas anécdotas y ha recorrido varios lugares y fiestas en la zona. Además, se ha encontrado con aquellos niños que amaban sus productos tiempo atrás.

Quienes compraban esos pochoclos de niños, hoy llevan a sus hijos. “Hay chicos que tenían 6 años y hoy tiene 36 y ya vienen con sus hijos de la misma edad a disfrutar del mismo producto y de la misma calidad”.

Ser pochoclero también tiene sus sacrificios como los días de nieve, frío o mucho calor. Victor recordó un día en el que habían 40 centímetros de nieve y 20 grados bajo cero y estaban trabajando en Rivadavia y 25 de Mayo. “La hemos pasado y la hemos sufrido”.

Sin embargo, esto nunca fue motivo para dejar de hacer una de las actividades más recordada e histórica de nuestra ciudad.

En relación a la receta de sus pochoclos que tanto gusta desde hace 30 años, señaló que son “pochoclos con amor”. “Siempre he dedicado amor, he mantenido la misma materia prima”.

De eso no hay dudas. Durante 30 años, Victor ha dado alegrías a muchos chicos y grandes. Cada bolsita de pochoclos era un acto de amor para quienes fuimos niños y para los chicos de hoy. Mantenerse durante tantos años no es fácil y Victor lo ha logrado con sacrificio, amor y satisfacción.