Trufas, hongos y tecnología: una científica del CIEFAP lleva su innovación desde Esquel a España
Yamila Arias, ingeniera en alimentos, realizará una estancia en Zaragoza como parte de un proyecto europeo sobre trufas silvestres. Lleva consigo una técnica desarrollada en la Patagonia para conservar este hongo gourmet.
La ingeniera en alimentos Yamila Arias, investigadora del CIEFAP (Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico), viajó desde Esquel hacia Zaragoza, España, donde realizará una nueva estancia de investigación como parte del proyecto internacional INTAC, financiado por la Unión Europea.
Este proyecto tiene como objetivo fomentar la innovación en el cultivo, conservación y procesamiento de trufas silvestres, con participación de investigadores de distintos países como Argentina, España, Francia, Italia, Serbia y Marruecos.
En Zaragoza, Arias trabajará en el Centro de Investigación en Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), colaborando con el equipo del Departamento de Truficultura. No es su primera vez en ese espacio: el año pasado ya había iniciado allí un trabajo experimental que ahora tendrá continuidad.
“Retomo el trabajo en la formulación de películas comestibles con soluciones del género Cyttaria, que son los hongos que estudio en la Patagonia, con la posibilidad de aplicarlo este año a trufas de verano en la instancia postcosecha”, explicó Arias en las redes del CIEFAP.
Estas películas, elaboradas a partir del conocido Llao Llao, permiten prolongar la vida útil de las trufas, un hongo de altísimo valor gastronómico y económico. La técnica busca mantener sus propiedades y frescura permitiendo que el producto respire, sin que se degrade rápidamente.
Ciencia con aroma gourmet
Las trufas son hongos que crecen bajo tierra, en simbiosis con raíces de árboles como robles o encinas. Son consideradas un manjar en Europa y tienen un mercado altamente demandado, lo que les ha valido el apodo de “oro negro”. España, Francia e Italia lideran su producción y desarrollo tecnológico.
En Argentina, aunque la actividad es más incipiente, se cultivan trufas en lugares como Epuyén, El Bolsón, Bahía Blanca, Choele Choel y Mallín Ahogado, con una fuerte orientación a la exportación.
“La trufa tiene muy poca vida útil”, explicó Arias, “y como es un hongo tan valorado, se busca conservarlo el mayor tiempo posible. Las películas que desarrollamos permiten que respiren sin perder calidad”.
Intercambio internacional y orgullo local
La experiencia en el exterior representa para la investigadora no solo una oportunidad profesional, sino también personal. “Es una gran oportunidad para conocer nuevas técnicas, equipos y colegas, pero también para mostrar lo que hacemos desde la Patagonia, poniendo en valor la ciencia argentina”, remarcó.
El proyecto INTAC promueve precisamente eso: el intercambio de conocimientos entre investigadores, instituciones públicas y empresas, conectando realidades científicas y productivas de distintas regiones del mundo.