Legua 13 Frutillas de la Patagonia es un emprendimiento familiar, dedicado a la producción agroecológica de frutillas, ubicado en el km 48 de la ruta 259. Tuvimos oportunidad de conversar con Valeria y Hernán, responsables del proyecto, quienes nos contaron acerca de la producción, sus particularidades y desafíos.

¿Quiénes llevan adelante el emprendimiento productivo Legua 13, Frutillas de la Patagonia, y hace cuánto comenzaron con el emprendimiento?

Legua 13 somos Hernán Trigo y Valeria Érpen. Nuestro emprendimiento nace en Junio de 2016 como la respuesta a una necesidad no sólo local sino también personal, de "trabajar la tierra" de manera agroecológica con un producto que, en verdulerías y góndolas, generalmente proviene de Buenos Aires o Tucumán. Nuestra idea siempre fue, de a poco, ingresar a los hogares de Trevelin y Esquel. Durante la 2da vendimia de las Viñas del Nant y Fall, tuvimos la oportunidad de darnos a conocer de forma masiva. Año a año incorporamos más plantas y nos vamos adaptando a los requerimientos de la zona.

Nuestra producción: Aroma, color y sabor con las deliciosas frutillas patagónicas

¿Cuáles son las particularidades de producir frutillas en esta región teniendo en cuenta particularidades de suelo, clima, agua, etc?

No es sencillo pero tampoco imposible. Si bien nuestra chacra tiene suelos abonados durante años (fue potrero de vacas y ovejas), la planta de frutilla tiene un ciclo productivo muy intenso, por lo que requiere de ciertos cuidados. Casi toda la plantación está cubierta con micro túneles, que son algo así como pequeños invernáculos, que pueden abrirse o no, según la necesidad.

El riego es por goteo, muy controlado, sobre todo cuando estamos en época de vientos. Un riego insuficiente o la evaporación por los vientos continuos, pueden afectar de manera importante si no se está controlando continuamente lo que sucede en la plantación. Este año, que se presentó muy seco, tuvimos que iniciar el riego durante el receso invernal, a diferencia de otros años, en que lo hacemos desde septiembre.

En la zona hay heladas aún en verano y, muchas veces, la amplitud térmica es elevada. Hemos tenido muy buenas cosechas y algunas bastante regulares, pero es el riesgo que uno toma cuando trabaja con la naturaleza. Creo que, como todo trabajo en el que uno pone no sólo el propio capital sino también el cuerpo y la mente, hay momentos de tensión, preocupación, incluso resignación, y otros de alegría, felicidad y bienestar general por el rumbo de la cosecha, por poder seguir creciendo, por el reconocimiento al trabajo.

¿Cómo es el sistema productivo que utilizan, con qué tecnología cuentan y con qué asesoramiento técnico?

Todo comienza con las plantas, nosotros trabajamos con algunos de los viveros mayoristas de Patagonia y, al mismo tiempo, producimos nuestros propios plantines. Sólo comercializamos la fruta fresca y, en ocasiones, congelada.

En los meses de agosto y septiembre hacemos el cultivo de los plantines, hacia octubre tenemos la primera floración y en noviembre y hasta las fiestas (dependiendo del clima) comercializamos la primera cosecha. Desde finales de diciembre las plantas se toman una pausa, vuelven a florecer y fructifican, por segunda vez, en el mes de febrero y hasta abril o incluso mayo.

Este año incorporamos una máquina con herramientas (rotativa, reja de arado y segadora), porque el objetivo es crecer año a año y hacer los trabajos de la máquina, de forma manual, no sólo es agotador sino que también lleva mucho tiempo y, como siempre en el campo, hay tareas que deben hacerse en momentos específicos. El cultivo lo hacemos a mano.

Al inicio de Legua 13, tuvimos el asesoramiento del Ing. Agrónomo Walter Matthiess, de INTA Trevelin, pero la realidad es que aquí había muy pocos datos sobre frutilla, por lo que la información necesaria nos la fuimos proporcionando con la experiencia y con el intercambio de información y experiencias con algunos productores chilenos y de Golondrinas.

Nuestra producción: Aroma, color y sabor con las deliciosas frutillas patagónicas

¿Cuál es su relación con el INTA?

Luego de los dos primeros años de Legua 13, (asesorados por Walter Matthiess), hemos tenido interacciones esporádicas, más que nada por la naturaleza de nuestro producto y la poca información que hay de la frutilla en nuestra zona. A partir de allí, fue necesario trabajar sobre la prueba y el error para generar nuestra propia información.

La ruta 259 ha tomado una identidad propia en cuanto a las actividades productivas y el movimiento turístico que generan.

¿Cómo lo viven ustedes, cuál es su relación con este movimiento y cómo ven posicionada a la región?

Si bien nosotros venimos del rubro del turismo en otras provincias, no esperábamos las repercusiones del empujón que se le dio a la zona desde 2016 con la apertura al público del campo de tulipanes. Antes de asentarnos en Trevelin, fuimos turistas del pueblo y esta zona era reconocida por las cascadas Nant y Fall y por el molino harinero Nant Fach, eso era todo. Comenzó el cambio con el primer viñedo pero lo que rompió un poco con la estacionalidad, fue el campo de J. Carlos Ledesma.

La realidad es que todos estos productos nos dieron la posibilidad de llegar a otro público que se suma al local. También tuvimos que empezar a darle otra forma a Legua 13 porque hay muchas personas que sólo quieren la fruta agroecológica, y otras a las que, además, les interesa informarse del proceso productivo o conocer nuestros comienzos. A partir de estos requerimientos, comenzamos a ofrecer una pequeña visita guiada como para que conozcan no sólo el origen de la fruta sino también el valor de aquello que se llevan, ya sea un kilo o más.

La región, poco a poco, dejó de ser parte de la visita de un día para transformarse en el lugar elegido para pasar períodos más largos, y como parte de la industria del turismo, no podemos estar más que felices por el reconocimiento a la zona. El turismo, como otros rubros, ofrece oportunidades de manera directa e indirecta. En nuestro pueblo hay sobrados ejemplos y ya podemos decir que forma parte de la economía de nuestro territorio. Por eso es tan importante mantener y/o mejorar el nivel de servicios que ya tenemos, ni hablar de lo relacionado con las obras y servicios que permitirán el desarrollo socioeconómico de la zona y de la región, ya sean estos rutas de acceso (terrestres, aéreas, terminales), comunicaciones y todo lo relativo al equipamiento urbano o rural. En ese aspecto, ya no se puede mirar de reojo el avance del turismo: vino para quedarse.

Nuestra producción: Aroma, color y sabor con las deliciosas frutillas patagónicas

¿Cuáles han sido sus desafíos y logros en estos años de trabajo, cuáles los desafíos actuales y qué visión tienen para el futuro cercano y a medio plazo?

Nuestro desafío histórico ha sido la poca información zonal sobre nuestro cultivo y el viento.

Para el futuro cercano, el clima se presenta como un desafío a tener en cuenta: épocas de sequía y vientos, que hacen necesaria una planificación de la disposición del agua.

Como contrapartida al clima, nosotros queremos crecer un poco más y ofrecer otros servicios dentro de la chacra, por lo que todo nuestro trabajo está enfocado en la reinversión constante, que es lo que venimos haciendo desde 2016. Trevelin, estos últimos años, se posicionó como destino turístico, por lo que, quienes nos visitan quieren disfrutar de los productos que ofrecen contacto directo con la naturaleza y tener una experiencia lo más parecida a la vida que uno lleva aquí.

¿Cómo es su sistema de comercialización?

Nosotros somos sólo dos dentro de todo el proceso productivo, por lo que el 90% de la comercialización se realiza en la chacra. Nuestras redes sociales (Facebook e Instagram), son las "portavoces" de días y horarios en los que se puede pasar, actualizaciones sobre inicio o final de ventas, por lo que, todo lo que deseen saber, está allí.

Vendemos fruta fresca, recién cosechada, en bandejas de 1 kilo. Hay personas que se llevan algo como para pasear en la zona y comer algo dulce y otras que la utilizan para dulces o pastelería.

Recibirlos en la chacra nos da la posibilidad de que conozcan un poco del mundo de la frutilla agroecológica, de que vuelvan a probar fruta con color, aroma y sabor y ver el lugar en el que se produce.

Nuestra producción: Aroma, color y sabor con las deliciosas frutillas patagónicas

¿Cómo puede el público ponerse en contacto con ustedes y en qué fecha hay fruta disponible? ¿Habrá frutillas para las fiestas?

Por redes sociales es lo más efectivo: https://www.instagram.com/legua13_frutillasdelapatagonia/ y https://www.facebook.com/Legua13

También pueden comunicarse al teléfono que figura en las mismas (02945-686945). Este mes el inicio se hizo esperar: el 20/11 fue la apertura oficial de Legua 13 y, como mencioné antes, las fechas varían en pos del clima por lo que siempre pueden consultarnos antes de venir. Para las fiestas suele haber fruta, tal vez no en cantidad porque es la fecha en que las plantas comienzan con la pausa que mencioné anteriormente, pero pueden comunicarse y lo vamos viendo.

¿Cómo es la relación con otros productores, no sólo del circuito de la 259 sino locales, de Esquel y Trevelin, e incluso con otros productores regionales?

Específicamente con los productores de la ruta 259 (verdura, granos, viñedos), solemos recomendarnos con otros clientes o visitantes o consultarnos sobre disponibilidad de producto, por ejemplo. No creo que haya otra forma de trabajo efectiva que no sea esa: estamos en un mismo circuito y lo que es bueno para uno, probablemente lo sea para todos.

Y con productores regionales también, es una relación muy buena, por una cuestión de distancia. Nos seguimos en redes y comentamos, solemos intercambiar experiencias y datos importantes.

La ruta 259, en pocos kilómetros reúne a productores de frutillas, vegetales, granos, tulipanes y vinos. Son productores conscientes, agroecológicos, que agregan valor a nuestra región y nos permiten acceder a productos de excelente calidad.

En esta época del año sus productos están disponibles para el público local y, por supuesto, también para el visitante.

Recuperar el consumo local de productos plenos en sabor, aroma, color y calidad nutricional, con bajo impacto ambiental para el territorio, es también ganar en salud y bienestar. ¡Acercate a conocerlos y sigamos apostando al crecimiento local!

Nuestra producción: Aroma, color y sabor con las deliciosas frutillas patagónicas

Por Flor Siffo y Rodrigo Gajardo , Saberes con sabores