De la Escuela 20 a la 76: la historia viva del edificio que educó a generaciones
La actual Escuela 76 guarda en sus paredes más de 90 años de memoria, educación y comunidad. Fue el primer edificio pensado especialmente para una escuela pública en Esquel.
En la esquina de la avenida Alvear y calle Sarmiento de la ciudad de Esquel, hay un edificio que guarda más de 90 años de historias.
Techo rojo, ventanas altas y una estructura que no solo resistió el paso del tiempo, sino que formó parte de él.
Hoy funciona allí la Escuela Nº 76 “María Luisa Pieruzzini de Morelli”, pero todo comenzó cuando aún se llamaba Escuela N° 20, en una Esquel que recién empezaba a tomar forma.
La historia empieza en 1903, cuando el maestro galés Roberto Owen Jones daba clases en una casa de la estancia Las Margaritas, propiedad de la familia Freeman. No era más que un intento de acercar algo de educación a los hijos de los primeros colonos.
En febrero de 1909, la Escuela N° 20 fue trasladada al pueblo de Esquel, ocupando la vivienda de Don Medardo Morelli en la esquina actual de Alvear y Belgrano.
La escuela funcionó luego en las cercanías de las calles Almafuerte y Brown. Después tuvo otro traslado provisional, en la calle Belgrano (donde ahora está el playón de La Anónima), hasta que en 1931 comenzó la construcción de lo que sería su verdadero hogar, sobre la Avenida Alvear esquina Sarmiento.
El edificio que soñó una comunidad
El encargado de la obra fue Primo Capraro, un constructor italiano que ya había dejado su huella en Bariloche. La obra se levantó en una esquina de la ciudad que estaba en pleno crecimiento.
En 1932 el edificio quedó terminado. En el semanario local El Libre del Sur se anunciaba la liquidación de herramientas usadas en la construcción: carretillas, palas, martillos… signos de una obra que había movilizado mucho más que materiales.
El acto formal de entrega estuvo a cargo del ingeniero Constante Restanio, del Consejo Nacional de Educación.
Eso sí: todavía faltaban algunos detalles. El sistema de agua no era el ideal y el tema del sumidero traía dolores de cabeza. Pero el corazón de la escuela ya estaba latiendo.
Esta imagen panorámica de Esquel en los años 30 nos permite vislumbrar el contexto urbano en el que se gestó la construcción del edificio definitivo de la Escuela N° 20:
Como se puede observar, la ciudad estaba en pleno desarrollo.
La escuela se llenó de luz
En el año 1932 comenzaron las clases en el nuevo edificio. “Cómodo, aireado y lleno de luz”, decían por entonces. Era un cambio enorme respecto a las condiciones anteriores.
Pero no se trataba solo del espacio: tener un edificio escolar propio era, en ese momento, una afirmación. El Estado decía presente en una región lejana, y eso no pasaba desapercibido.
Uno de los eventos significativos de aquellos primeros años fue la realización de la Fiesta del Árbol, en la cual los alumnos plantaron árboles en el entorno del edificio, marcando el inicio de una relación duradera entre la escuela y el espacio físico que la alberga.
El edificio fue pensado para durar. Grandes ventanales, techos altos, espacios amplios, y un diseño que respondía a las ideas pedagógicas del momento.
Más que una escuela: un espacio para la comunidad
Durante décadas, el edificio no fue solo un lugar de clases. También fue sede de actos, festejos patrios, campañas solidarias y hasta debates políticos.
Su ubicación central y su imponente fachada lo convirtieron en un punto de encuentro natural para los vecinos de Esquel.
Hoy, más de noventa años después de aquella inauguración, la vieja escuela sigue firme. Ya no lleva el número 20, pero mantiene su función, su espíritu y hasta sus paredes originales.
Es uno de los pocos edificios públicos de esa época que aún están en uso en la ciudad.
Mantenerlo vivo es también una forma de rendir homenaje a quienes soñaron con una escuela para todos, cuando Esquel todavía se estaba haciendo.
📚 Fuentes:
- Gabriela Macchi, Historias de la Cordillera Vol. II
- Jorge Oriola, Esquel: del Telégrafo al Pavimento
- Museo Histórico Municipal de Esquel
- Recortes de El Libre del Sur (1931-1940)
Agradecimiento especial la profesora Gabriela Macchi, al personal de la Biblioteca Pública Municipal y del Museo Histórico Municipal de Esquel por el material bibliográfico y fotográfico aportado.