Este sábado 26 de marzo se llevará a cabo en Alto Río Percy la Fiesta del Carrero, en lo que será la XXI edición.  El secretario de Cultura, Damián Duflós, comentó que repararon el escenario, los baños, y la infraestructura eléctrica para poder concretar esta celebración que "hace años no se realizaba por diferentes motivos".

"Desde el área de Patrimonio Cultural lo que se ve es que a lo largo de los años el oficio del carrero había pasado como a un segundo plano con respecto a la jineteada, y tratábamos que este año se pudiera hacer una revalorización de ese oficio", señaló el funcionario.

Este año será solo un día, pero advirtió: "El compromiso de Cultura con la gente de la sede vecinal es ir pensando la fiesta del año que viene". La idea es que vuelva a realizarse en enero y sea la primera fiesta de la provincia. 

María Elisa Luppi, presidenta de la junta vecinal de Alto Río Percy, convocó a "disfrutar de una linda fiesta". "Queremos revalorizar ese trabajo que prácticamente ahora no se hace, queremos que no se pierda", agregó.

Señaló que habrá diferentes espectáculos de danza, artistas solistas y música. No se cobrará entrada pero sí el estacionamiento, que será en un predio prestado por un vecino. Tendrá un costo de 100 pesos "para colaborar con las personas que van a estar atendiendo durante todo el día". También contarán con muchos puestos de comida. 

Asimismo, continúa abierta la inscripción para artesanos, que tienen tiempo de anotarse hasta el miércoles 23 de marzo a las 17 horas. 

Damian Duflos, Maria Elisa Luppi

El arte del carrero

Carlos Manosalva, hijo y nieto de carreros, contó que se crió en ese lugar hasta los 7 años y conoce mucho del oficio. El catango ces un medio de transporte a tracción a sangre. "Mis abuelos poblaron Alto Río Percy en 1926". Se trasladaban en ese medio", contó.

Señaló que aún hoy se utiliza "por lo tortuoso de la región". "Se usa en todo lo que es cordillera. No hay una máquina que pueda reemplazar al catango", advirtió.

"El poblador de Alto Río Percy cargaba la leña en su catango y se venía a Esquel. Eran varias horas, para buscar un lugar para acampar y al otro día volver a atar la yunta y salir a callejear, recorrer los barrios. Muchos tenían sus clientes fijos", agregó Manosalva. 

Luego recogían los víveres y se volvían a Alto Río Percy. En este sentido, recordó que no había un puente y el caudal del río era muy distinto a lo que es hoy.

El arte del carrero