El hasta aquí Presidente del Concejo Deliberante de Esquel, Alejandro Wengier presentó una nota este viernes, cuando se venció el primer pedido de licencia para solicitar un nuevo período sin goce de haberes y por tiempo indeterminado.

La definición fue tomada en las últimas horas aunque la situación no es nueva: Wengier y Ongarato sostienen una relación tensa desde hace un buen tiempo y atento a la jerarquía de los cargos esto también puede tener en incidencia directa en los asuntos institucionales de la ciudad.

La nota señala el pedido de "licencia sin goce de haberes en el cargo de concejal electo por el bloque Cambiemos" en virtud de lo dispuesto en el Reglamento interno del Concejo, "por los motivos que ya son de público conocimiento respecto de la relación con el ejecutivo municipal y que en nada ayuda explayarse aún mas plasmado en una nota formal para fundamentar este nuevo pedido de licencia".

Luego Wengier destaca que queda a disposición de los vecinos y vecinas de Esquel "de mis pares del HCD, de la prensa en general y de todo aquel que quiera conocer las razones de este alejamiento y que el tiempo dirá si es temporal o definitivo".

La sucesión

Lo que sigue es ocupar lugares y gobernar. De eso se trata el lugar que a cada funcionario le marcó el voto soberano del pueblo. Sin embargo la relación entre algunos concejales del oficialismo y el ejecutivo municipal parece irreconciliable.

El nuevo pedido de licencia de Wengier vuelve a instalar el debate sobre quién debe sucederlo en el cargo. El oficialismo se quedó "sin banco de suplentes" disponible. Aunque vale destacar que el cargo electivo configura una carga pública, los cargos en el ejecutivo son designaciones dispuestas por un funcionario electo. No es lo mismo.

En el gabinete hay tres funcionarios electos como concejales: Mariela Sánchez Uribe en la Secretaría de Gobierno, Fabiana Vázquez en la Secretaría de Desarrollo Social, y Carlos Escobar en la Coordinación de Juntas Vecinales. Los dos primeros son lugares de extrema relevancia en el organigrama y ambas funcionarias de un alto perfil político, no es fácil sustituirlas.

La opción podría ser que ingrese Escobar que hace muy poco asumió el trabajo ligado con los vecinalistas. Y finalmente queda otra carta que también incomoda al ejecutivo: la de Andrea Rowlands, denunciada por el propio Ongarato por la situación de la terminal de ómnibus y a punto de enfrentar el juicio penal por este tema.

La realidad es que el terreno sigue siendo movedizo en el municipio de Esquel en la previa de una elección legislativa que instala acciones, reclamos y alabanzas exacerbadas y una comunidad llena de temas pendientes por resolver.