"Pertenezco a la generación que luchó para restablecer la democracia en nuestro país y me siento orgulloso, porque a pesar de haber sufrido atentados, persecuciones, secuestro, torturas, soy parte de quienes dimos la vida por la democracia y por el respeto absoluto de los derechos humanos".

Con estas palabras, el Dr. Hipólito Solari Yrigoyen expresó su agradecimiento por la distinción que le entregó hoy el Senado de la Nación.

"Las autoridades militares me consideraban delincuente, terrorista y de alta peligrosidad. Debo decir que no soy un delincuente ni un terrorista, pero sí soy de alta peligrosidad para luchar por la democracia", agregó Solari Yirigoyen.

El senador nacional Alfredo Luenzo otorgó la Mención de Honor "Senador Domingo Faustino Sarmiento" al Dr. Hipólito Solari Yrigoyen, la más importante distinción que entrega el Senado de la Nación desde 2004, como reconocimiento a personas físicas o jurídicas del quehacer cultural, deportivo, profesional y académico, por su obra emprendedora destinada a mejorar la calidad de vida de sus semejantes, de las instituciones y de sus comunidades.

El Dr. Hipólito Solari Yrigoyen, entronca su vocación cívica con dos ancestros notables de la historia política argentina, Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen, de los que es sobrino bisnieto y sobrino nieto, respectivamente.

Ha sido y es, uno de los dirigentes de nuestro país que más y mejor conoce dos de las problemáticas fundamentales que han marcado a la democracia Argentina desde 1983 a la fecha: la violación de los derechos humanos por parte del terrorismo de estado y el reclamo de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas

Solari Yrigoyen  formó parte del núcleo fundacional del movimiento Renovación y Cambio de la Unión Cívica Radical que tuvo como principal figura a Raúl Alfonsín

Luenzo resaltó su activa participación en defensa de los derechos humanos, como abogado de presos políticos y su rol como senador, desde donde se opuso a las reformas laborales que otorgaban mayor poder a las organizaciones sindicales afines al poder, "lo que le valió múltiples ataques y atentados contra su persona, secuestro y tortura durante la dictadura militar y luego el exilio hasta el retorno de la democracia".

"Luego de su expulsión se radicó en París, donde permaneció hasta la restauración de la democracia y se convirtió en una de las mayores referencias de los exiliados argentinos, dirigiendo el periódico La República, desde el que convocó a personalidades políticas, intelectuales y culturales, de origen nacional e internacional, a reflexionar sobre el retorno de la democracia en nuestro país como única salida posible a la dictadura militar", recordó Luenzo.

"El Dr. Solari Yrigoyen es un hombre de la democracia y un férreo defensor de los derechos humanos, una demostración concreta que los hombres y mujeres pueden ser coherentes en sus ideas y consecuentes en sus actos", continuó Luenzo.

"Y en definitiva, más que mil palabras, nos convendría rescatar el vívido ejemplo de conducta que es la trayectoria de este ilustre tribuno...Todo momento es bueno para hacer un balance del desempeño de la Democracia. Y los últimos 34 años nos dejan un saldo que obliga a volver a las fuentes", agregó.

"Solari Yrigoyen es tal vez el último de aquellos memorables políticos y legisladores argentinos que debemos emular, urgentemente. Si se me permite, al mismo nivel de  Alfredo Palacios, o Lisandro de la Torre..., dueños de una imborrable coherencia entre los pensamientos y la acción", concluyó Luenzo.