En la previa de los comicios generales del domingo 22 de octubre, desde el Observatorio de Calidad Institucional (OCI) de la Universidad Austral, su director Marcelo Bermolén elaboró un nuevo informe en el que evaluó el análisis histórico del ausentismo en las elecciones presidenciales, desde 1983 al presente año.

Entre las conclusiones a las que arribó, el profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Institucionales de la UA reveló que si los votantes ausentes estuviesen representados en un imaginario Partido del Ausentismo (o del Candidato Ausente) este vencería al candidato más votado durante las PASO, es decir, a Javier Milei. Este dato surge de la proporción que ambos guarismos guardan en función del padrón electoral y los ciudadanos habilitados para votar.

“La disconformidad expresada en la sumatoria de ausentes, votos en blanco y votos nulos, superó al frente más votado, que resultó ser La Libertad Avanza, extrapolando esos valores respecto al padrón de votantes en condiciones de sufragar. Los únicos precedentes históricos semejantes se dieron en las elecciones generales de 2003 y en las PASO 2015”, indica Bermolén, quien además es especialista en acceso a la información pública y transparencia electoral.

Otro de los datos analizados es que tanto el ausentismo como la disconformidad lograron en las PASO 2023 la mayor diferencia histórica sobre el candidato más votado y el frente más elegido (8,51% y 13,27%, respectivamente) estableciendo un “preocupante” record que abre interrogantes sobre la concurrencia y el comportamiento del electorado en las elecciones generales 2023.

Los antecedentes del estudio

En la Argentina, rige el voto obligatorio, la exigencia para casi todos los ciudadanos incorporados al padrón electoral oficial de emitir sufragio. Hay, sin embargo, dos excepciones a esa regla -amparadas por la ley- que permiten a los mayores de 70 años hacerlo de modo voluntario y al denominado segmento del voto joven (de entre 16 y 18 años de edad) a quienes se dispensa la aplicación de sanciones en caso de no concurrir a votar. 

Mas allá de que existe un porcentaje residual de ausentismo, este comportamiento se ha ido incrementado en proporción directa al descrédito de la clase política y al desencanto con las gestiones democráticas de las últimos años. 

• Poner en evidencia y en proporciones la magnitud de ese fenómeno, no implica menoscabar el valor de los votos recibidos de modo afirmativo y legítimo por los candidatos en competencia, sino por el contrario intentar recordar al electorado ausente o disconforme que esta desperdiciando la mayor y mejor posibilidad de incidir de un modo determinante en el rumbo del país. Antecedentes 

• A 40 años de la restauración democrática, el padrón electoral de los argentinos prácticamente se ha duplicado, pasando de 17.929.951 en 1983, a 35.394.425 en 2023. 

• Desde la instauración de las PASO en 2011, existe un diferencial de mayor participación entre aquellas y las elecciones generales presidenciales que se celebran el cuarto domingo de octubre. Al ser estas últimas decisivas, generan una mayor convocatoria. 

El menor incremento de participación entre una y otra, sucedió en las elecciones del 2011 donde la diferencia entre las PASO (78,66%) y las Generales (79,39%) fue de menos del uno por ciento (∆= 0,73%). Comportamiento vinculado –muy probablemente- al estreno del sistema (convocatoria) y a la contundencia de los resultados a favor de la formula Cristina Fernández de Kirchner – Amado Boudou (irreversibilidad). 

El mayor incremento de participación, aconteció en las elecciones del 2015 donde la diferencia entre las PASO (74,91%) y las Generales (81,07%) fue de más del seis por ciento (∆= 6,16%). Vale recordar que las PASO 2015 fueron las de menor participación hasta la realización de las PASO 2023, que perforaron el piso de participación de una elección -primaria o general- presidencial, llevándolo al 70,45%, marcando también - en sentido inverso- el record de mayor ausentismo.

Argentina vota: Un análisis sobre el "efecto disconformidad y ausencia"  en los resultados electorales

PASO 2023 - Datos Extrapolados 

• Las PASO 2023 registraron la mayor marca de ausentismo en 40 años para una elección -primaria o general- de índole presidencial, alcanzando la friolera del 29,55% en un régimen de voto obligatorio. Es decir, que sólo votaron 7 de cada 10 argentinos en condiciones de hacerlo. 

• Si los votantes ausentes estuviesen representados en un imaginario Partido del Ausentismo (o del Candidato Ausente) su dimensión podría ser comparada con la de los candidatos efectivamente votados. Para que esa representación sea homogénea se hace necesario extrapolar los votos obtenidos en los comicios por los candidatos presentes, y referenciarlos en la proporción que guardan respecto del padrón electoral vigente, es decir respecto del total de ciudadanos habilitados a votar. • Según consigna el escrutinio definitivo de las PASO 2023 el candidato más votado resultó ser Javier Milei con el 29,86 % de los votos válidamente emitidos. Sin embargo, si ese porcentaje se extrapolara al padrón general, disminuiría sensiblemente dada la magnitud del ausentismo y se transformaría en un 21,04% del total de los electores en condiciones de sufragar.

De la misma manera, el segundo candidato más votado fue Sergio Massa con el 21,43% de los votos válidos, los que extrapolados se reducen al 15,10% del padrón general. • La tercera candidata más votada resultó Patricia Bullrich al obtener el 16,81% de los votos legítimos, los que referenciados en su equivalencia respecto del padrón definitivo, decrecen al 11,84% del total de electores autorizados a sufragar. 

• Reseñando lo dicho cabe concluir, que a Milei lo han votado apenas algo más que dos de cada diez argentinos (2/10) en condiciones de sufragar, a Massa apenas un elector y medio de cada decena (1,5/10), y a Bullrich un poco más de un elector por cada diez habilitados (1/10). 

Datos que impresionan aún más  en tanto si el “Candidato Ausente” (29,55%) tuviera representación sería quien encabezaría las preferencias de tres de cada diez argentinos (3/10) y lideraría las estadísticas. 

El voto en blanco (válidamente emitido), que no encontró destino en ningún candidato, representó la segunda marca más alta en una elección -primaria o general- presidencial desde la vuelta de la democracia con el 5,51%, solo superado por la elección presidencial de 2007 en que alcanzó al 6,44%.

El voto nulo (emitido pero inválido) representó la segunda marca más alta en una elección -primaria o general- presidencial desde el retorno democrático, alcanzando el 1,24%, siendo la mayor marca la que se diera en la elección presidencial de 2003 (en plena crisis) en que llegó al 1,73%. 

• Si se sumaran los votos blancos y nulos de las PASO 2023 (con las dispensas técnicas requeridas) al solo efecto de que representen la voluntad de electores que -por acción u omisión- no votaron por un candidato determinado (porción que denominaremos en este informe “Candidato No Votado”) esa sumatoria alcanzaría un significativo 6,75% de los votos emitidos. 

• El 6,75% del “Candidato No Votado” representa más de la mitad de los votos válidos obtenidos por Horacio Rodríguez Larreta (11,19%) y supera -incluso- al 5,85% de Juan Grabois (cuarto y quinto lugar de los candidatos más votados -respectivamente-, más allá de haber perdido ambos sus internas). 

• Extrapolados tales porcentajes a la proporción que guardan respecto del padrón electoral global, Rodríguez Larreta obtiene el 7,88% y el “Candidato No Votado” el 4,76%

Argentina vota: Un análisis sobre el "efecto disconformidad y ausencia"  en los resultados electorales
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Frente de la Disconformidad, el más votado en las PASO 2023

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Las conclusiones

El comportamiento del electorado en las PASO 2023 en materia de ausentismo y disconformidad ha marcado dos grandes hitos. 

• Por un lado, el ausentismo (Candidato Ausente) vence al candidato más votado (Javier Milei), en la proporción que ambos guarismos guardan en función del padrón electoral y los ciudadanos habilitados para votar. El único antecedente histórico similar se dio en las elecciones generales de 2003. 

La disconformidad expresada en la sumatoria de ausentes, votos en blanco y votos nulos, superó al frente más votado, que resultó ser La Libertad Avanza, extrapolando esos valores respecto al padrón de votantes en condiciones de sufragar. Los únicos precedentes históricos semejantes se dieron en las elecciones generales de 2003 y en las PASO 2015. 

Tanto el ausentismo como la disconformidad logran en las PASO 2023 la mayor diferencia histórica sobre el candidato más votado y el frente más elegido (8,51% y 13,27% respectivamente) estableciendo un preocupante record que abre interrogantes sobre la concurrencia y el comportamiento del electorado en las elecciones generales 2023. 

• Vale recordar que las elecciones PASO 2023 también han marcado el récord histórico de ausentismo para una elección de índole presidencial (primaria o general) llegando al 29,55% de deserción. Conclusiones 

En tal escenario y en función a los datos duros analizados podrían evaluarse dos escenarios posibles:

  Una deserción superior al promedio del 18,82% para una elección general, como ocurriera en 2003 (escenario de crisis). 

 O una marca, a lo sumo similar a ese promedio histórico, como aconteciera en las elecciones generales 2015 (escenario de alternancia). 

• En 2003, la concurrencia rondó el 78,02% del padrón electoral, mientras que en las generales de 2015 la marca fue de 81,07%, muy parecida al promedio de asistencia a una elección general presidencial del 81,18%. También en las PASO 2015 se dio el mayor incremento entre una primaria y una elección general, aumentando la concurrencia entre una y otra en un 6,16%. 

• Si el parecido de las PASO 2023 con las PASO 2015 se diera también entre la elección general de ese año y la inminente, cabría esperarse un aumento de la participación de votantes de entre un 6% a un 11% del padrón electoral, sumándose así una franja de electores de entre 2.100.000 y 3.800.000 de potenciales votantes. Lo que dependerá de los estímulos de la dirigencia política, de la percepción ciudadana de incidir en la crisis a través del sufragio, y de la competitividad de las fuerzas y candidatos en carrera hacia la presidencia. 

Transformar el ausentismo en participación, y los votos en blanco y nulos en afirmativos depende, en gran medida, de la concientización a los votantes de la importancia de concurrir a elegir y ser actores decisivos del su poder cívico. Los medios de comunicación, los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil y la academia, deberían articularse para alentar a que los ciudadanos se involucren, voten, y decidan el futuro del país. Conclusiones Conclusiones 

• Por otra parte, del análisis del comportamiento del electorado en materia de ausentismo y disconformidad durante las PASO 2023, se ha expuesto que tal proceder se aproxima -según los datos duros- a lo sucedido en las elecciones generales de 2003 y en las primarias del 2015. 

El pronóstico de una segunda vuelta

A partir del análisis del comportamiento del electorado en materia de ausentismo y disconformidad durante las PASO 2023, Bermolén destaca que tal proceder se aproxima -según los datos duros- a lo sucedido en las elecciones generales de 2003 y en las primarias del 2015: “Si tal conducta se mantuviera para las elecciones generales del 22 de octubre de 2023, es válido recordar que en ambos antecedentes (2003 y 2015) las elecciones generales culminaron con resultados de ballotage (Menem vs. Kirchner, y Scioli vs. Macri) más allá de la concreción -o no- del posterior duelo electoral”.

Para el especialista de la Universidad Austral, de suceder un escenario similar al 2003, “estaríamos ante una elección altamente competitiva con escasa diferencia entre los candidatos con mayores posibilidades”. 

Y si, en cambio, fuera parecido al de la elección general 2015, “el ballotage se daría con el candidato más votado despegado del resto y más cerca de ganar en primera vuelta, aunque no le alcanzaría”.

Sobre la Universidad Austral: Con sede en la Ciudad de Buenos Aires, Pilar y Rosario, es una institución de educación superior creada por la Asociación Civil de Estudios Superiores -ACES-, entidad civil sin fines de lucro, con personería jurídica e inscripta en el Registro Nacional de Entidades de Bien Público.