Cuando en marzo del año pasado nos cayó la pandemia encima, un poco de incredulidad, otro poco de ingenuidad y mucho más de incertidumbre se apoderaron de nuestras vidas. Nos fuimos convenciendo que sería poco tiempo, que no sería tan grave, que en poco tiempo retomaríamos la normalidad y que nuestras vidas serían las mimas.

Pasaban los meses y nada volvía a ser como antes, ni mucho menos nuestras vidas son las mismas, tal vez sólo somos más conscientes de que nada de esto acabó.

En esos primeros meses, los comerciantes, empresarios, emprendedores, todos aquellos que vivimos nuestro día a día vendiendo productos y servicios, nos vimos abrumados, inseguros, y con la necesidad urgente de encontrar alternativas.

Suerte para todos nosotros que esta pandemia nos encontró con un mundo digital desarrollado, con una herramienta que nos permite igualarnos, sin importar el lugar del mundo donde nos encontremos.

Así pudimos ver al mundo del deporte ofreciendo clases online, los mercados de barrio enviando a domicilio, clases online de la disciplina que se nos ocurra, cursos e-books gratis y de pago, lo que se nos antojara lo podíamos encontrar online, inclusive el mundo de los eventos se volvió digital, pudimos entrar al Colón en vivo, experiencias gastronómicas en casa y hasta pudimos hacernos las cortinas del living con la guía de una experta.

Pero vamos por pasos, hace casi 10 años que estoy en el mundo digital, soy de las que creyeron que esta transformación sólo iba a seguir para adelante, que no retrocedería, hace años que hago cursos y masters online, sabía que la cosa iba por ahí, pero nunca pensé que lograríamos adaptarnos y evolucionar tan rápido en un solo año.

Un punto aparte en toda esta pandemia es agradecer al entorno digital haberse mantenido siempre vio, no se colapsó internet, pudimos trabajar, estudiar, conectarnos con nuestras familias y amigos, y pudimos desconectar viendo una serie o escuchando música cuando quisimos.

Todo eso fue el producto de mucho desarrollo e investigación en los años anteriores de un entorno con el que muchos eran hostiles, indiferentes y muchísimos más lo detestaban.

Es así, todas las novedades generan resistencia por algunos y pasión por otros, pero no importa, porque la herramienta estaba disponible para todos, y nos permitió tener, al menos, una alternativa más para sobrellevar este año.

Fue así que supimos que teníamos que estar online, y sino queríamos hacerlo, había que esperar que termine la pandemia para poder seguir nuestros negocios con "normalidad".

La verdad es que cualquiera que tenga un negocio, se a cuál sea el rubro, sabe que si lo buscan en Google y no lo encuentran, poco menos que no existe. Pero claro, no todas las redes son para todos, no todos los entornos son para todos los rubros ni todos los clientes.

Por ejemplo, si vendo productos es bastante lógico estar en Instagram, Facebook, Tienda Nube, pero también tener conectada nuestro perfil en Google, si brindo servicios profesionales, tener una cuenta de Linkedin es clave, y si sos profesor tener un canal de Youtube sería una gran oportunidad.

Todas estas son obviedades que ya conocemos, pero aparecen día a día nuevas redes que nos permiten conectar con nuestros clientes, y los posibles nuevos clientes.

Si conoces Clubhouse, sabes que para los amantes del audio fue la plataforma que transformó 2021 y que hoy Spotify y Twitter lo siguen creando plataformas similares para ganar audiencia. A los que tienen jóvenes cerca conocen Twitch, una plataforma de streaming que permite monetizar el contenido que producés estés donde estés.

Todas estas no son más que distintas alternativas, disponibles para todos, con un único objetivo: conectar con tu audiencia, tu cliente ideal, esa persona a la que querés ofrecer tu producto o servicio.

De ninguna manera tenés que estar en todas, hasta quizás no tengas que estar en ninguna, solo te tenés que preguntar, que tengo para ofrecer que marque la diferencia, que es lo que identifica a mi producto o servicio en la tienda o en la versión tradicional en que la ofrezco, y que podría ser atractivo en el mundo digital.

No se trata de magia, ni de recetas encorsetadas, se trata de trasladar esa experiencia que ofreces en el offline, a la experiencia online.

Pongamos un ejemplo, si fuiste un local consolidado en tu ciudad durante muchos años, ¿qué es lo que hace que los vecinos te elijan? ¿Por qué te compran a vos y no a tu competencia? ¿O es que no tenés competencia? Si no tenés competencia lamento decirte, y ya te habrás dado cuenta, que ese mundo se terminó, porque hoy el mundo es infinito, y la competencia esta donde menos te imaginas.

Pero volvamos al ejemplo: ¿Qué puedo hacer para que los que me compraban en la tienda física me compren online?, algo tan fácil como ser vos mismo, ser el mismo que atiende en la tienda o mercado o escuela o club o agencia, la clave es la misma que en el offline, hacer sentir a tu cliente que lo tenes en cuenta, que lo consideras, que es protagonista, que lo que necesita lo vas a ayudar a conseguirlo.

Eso que a muchos les sale con tanta naturalidad cuando están presencial, tienen que tratar de transmitirlo sin verle la cara a su cliente, simplemente imaginándolo.

Yo siempre que escribo pienso en una clienta, María, con la que siempre conectamos, y que siempre entendió mis locuras, entonces cuando llevo adelante un producto digital pienso que ella estará del otro lado, si va a entender lo que estoy proponiendo, si le va a gustar, y si va a quererlo, pero sobre todo me respondo si yo me siento bien y cómoda con lo que estoy haciendo. En el mundo digital, les aseguro, se nota mucho más cuando no disfrutamos lo que hacemos.

Todas las demás son herramientas, podes tener una tienda online, un web, todas las redes sociales, en las próximas columnas hablaremos de cada una de ellas, pero si tu negocio no tiene alma, no llega a ningún lado. No se trata de cantidad de seguidores, se trata de ventas y como conseguís que nuevas personas se enamoren de lo que haces, como transformas a cada uno de los que te siguen en tus clientes y en dinero.

Porque déjenme decirles que si tenemos presencia digital, pero no lo transformamos en venta, solo tenemos una puerta más de nuestro negocio pero mal atendido, y en el mejor de los casos solo tenemos un Hobbie.

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