Imaginemos la siguiente situación: María tiene doce años y va la escuela con Andrea, por alguna razón Andrea considera que María es fea y se lo repite todo el tiempo. Desde la escuela ya tomaron medidas para que esta situación no continúe. Pero esa misma tarde María recibe en su perfil de Facebook un mensaje que dice "Sos la más fea de la escuela",  instantáneamente se fija quien lo publicó, es Sol. María no conoce a Sol, decide no darle importancia y elimina el mensaje.

Horas más tarde, Sol le manda un mensaje de Whatsapp: "Fea, re contra fea", Maria no contesta, pero ya se siente fea. Esa misma noche Sol crea una cuenta de Facebook, con el nombre de "Maria es la más fea de Esquel" y agrega a todos los amigos y compañeros de María.

Hace unos días María ya no sale con sus amigas, se viste de negro y abandonó la escuela.

María está triste, se siente fea, está siendo víctima de ciberacoso. Está siendo acosada por Sol, que no es Sol, es el perfil falso que creó Andrea para molestar a su compañera.

El ciberacoso cada día es más frecuente entre chicos y chicas, porque las redes sociales permiten el anonimato y por sobre todo, están fuera del control de padres y docentes. Si la mamá de Andrea supiera del uso que su hija hace de las redes,  ¿hubiera permitido el acoso a María? Probablemente no, pero Andrea y todos los chicos  son conscientes del desconocimiento de Internet por parte de los adultos y eso les da mucha "ventaja" a la hora de relacionarse con otros.

Si la mamá de María hubiese estando atenta a la importancia y la a influencia que las redes sociales tienen en la vida de su hija, podría haber evitado la desmotivación y tristeza de María.

Dejar a un chico solo en el uso de las redes sociales, es como dejarlo solo a las cuatro de la mañana en una plaza cualquiera.