El fútbol es una fuente muy positiva tanto de salud como de aprendizaje y comportamiento en la infancia puesto que ayuda a sociabilizar y a aprender a trabajar en equipo.

Las primeras cosas que mejoran los niños a partir de los cinco años aproximadamente que juegan al fútbol es la movilidad y la coordinación de sus movimientos. En las primeras etapas del crecimiento, los niños desarrollan una serie de condiciones ideales para entrenar la movilidad. A partir de los 5 años la mayoría de los niños ya están preparados para dar sus primeros pasos en el fútbol: se adaptan mejor a los movimientos y suelen tener una mejor coordinación.

Controlado, sin excesos innecesarios y una adecuada preparación, este deporte puede aportar grandes beneficios:

- Fortalece los huesos en general e incrementa la densidad ósea de los huesos de las piernas, en especial del fémur.

- Potencia el conocimiento del propio cuerpo.

- Mejora la capacidad cardiovascular y aumenta la resistencia cardiovascular, previniendo la aparición de enfermedades cardiovasculares.

- Estimula la velocidad de reacción, la coordinación motora y la visión periférica.

- Fortalece la musculatura en general, potenciando especialmente la musculatura de las piernas, aumentando la potencia del salto. Mejora la resistencia y la fuerza muscular y previene las lesiones musculares.

- Incrementa los niveles de testosterona, haciendo a su vez que se incremente el tejido muscular.

- Contribuye en gran medida a una buena oxigenación de la sangre estimulando el sistema circulatorio.

- Aumenta la flexibilidad siendo el niño será más ágil, más rápido y tendrá menor riesgo de torceduras.

- Aporta el control de un alto nivel de movimientos básicos que permitirán en el futuro realizar de forma óptima el trabajo técnico deportivo.

- Previene la obesidad, enseña hábitos de higiene y salud y los niños duermen mejor y son capaces de enfrentarse mejor a los pequeños retos de la vida cotidiana