La juez Fernanda Révori rechazó los planteos de la defensa y declaró abierta la investigación penal preparatoria. 

Los hechos investigados habrían ocurrido en 2021, cuando finalizaba el primer cuatrimestre, oportunidad en la cual el imputado, intentó mantener trato sexual con una alumna de primer año, quién por entonces tenía 18 años.

La imputación sostiene que para procurarlo, aprovechó la relación de poder existente por su posición en la universidad, ejerciendo un abuso coactivo en ese contexto, consistiendo su accionar en acercamientos vía la red social Instragram y por Whatsapp.

Después de dos audiencias que tuvieron lugar los primeros días de septiembre, la jueza Fernanda Révori solicitó que la fiscalía amplíe detalle de las conductas imputadas.

Este viernes 23 de septiembre se desarrolló una nueva audiencia en la magistrada abrió la investigación. La ficsal que lleva el caso, María Bottini, subrayó que Révori hizo un análisis de todo lo que se habló desde la primera instancia, el 5 de septiembre.  “Después de analizar sí era delito o no, que era la cuestión, entendió que era una hipótesis de trabajo jurídicamente posible”; indicó en diálogo con Canal 4. 

Ahora el plazo legal es de 6 meses donde buscarán profundizar la investigación e intentarán recolectar más evidencia. “Ahí si es un momento de un análisis más profundo donde la fiscalía pide al elevación a juicio oral o el sobreseimiento”, indicó Bottini.

Por el momento, la jueza entendió que es suficiente lo planteado por la fiscalía en las audiencias y por escrito para tener por abierta la investigación por abuso sexual en grado de tentativa. 

Los hechos

La denuncia da cuenta de las propuestas realizadas por el imputado a la joven, rechazadas sistemáticamente por ella. “Propuestas de claro contenido sexual que afectaron el área de privacidad y de la libre determinación sexual… intimidándola, no concretándose el acto por razones ajenas a la voluntad del imputado, quien claramente se aprovechaba de su rol, generando este abuso coactivo por la relación de poder dada”, dice Bottini.

La imputación sostiene que el acto no se concretó por la negativa de la joven, quien pese a su miedo e incertidumbre sobre como continuaría su vida académica luego de eso, no accedió a tales propuestas. “Pidió ayuda a una profesora y envió un correo electrónico a la universidad contando tal situación, más no recibió respuesta alguna”.

La fiscal destacó que el contexto era claramente asimétrico por el lugar de poder ocupado por el imputado, la diferencia de edad, y su condición de varón, de lo cual se aprovechó para tomar ventaja en este acercamiento de contenido sexual, lo cual coacciona e intimida a la víctima.

Los elementos recabados en las entrevistas realizadas por el equipo de Bottini dan cuenta de que este tipo de situaciones se daban desde años antes, teniendo por destinatarias a varias alumnas de la institución. “Con la misma metodología del abuso coactivo de la relación de poder, realizaba actos tendientes a mantener trato sexual con distintas alumnas, más ello era ocultado por quienes formaban parte de la comunidad educativa, debido al poder que el ejercía y a su condición de varón, existiendo un claro pacto patriarcal para protegerlo, del que formaban parte no sólo hombres sino también mujeres, dejando desprotegidas a las víctimas”.