Los jueces Martín O'Connor, Hernán Dal Verme y Anabel Rodríguez, declararon penalmente responsables de homicidio calificado por el uso de arma de fuego, en calidad de coautores a Sandro Javier Millatruz, Rodrigo Maximiliano Millatruz, Diego Armando Andrade, Horacio Rodrigo Pilquiman, Javier Darío Cayuleo y Diego Alejandro Lauquén.

El juez Hernán Dal Verme explicó brevemente los principales fundamentos de la decisión adoptada. Resultó central el aporte de los ocho testigos presenciales, sus dichos se corroboraron con el informe de autopsia, entre otras pruebas.

"Ustedes los imputados participaron de forma conjunta y de acuerdo, para ponerle fin a la vida del señor Millacán", les explicó Dal Verme.

Añadió que los testigos debieron valorarse, tal como propuso la fiscal Fernanda Revori, en el contexto en que se produjo el hecho.

La autopsia constató todo tipo de lesiones, unas punzantes, otras punzo-cortantes, escoriaciones... dando cuenta de un ataque sumamente violento, el que se produjo de modo sorpresivo.

El acometimiento no era esperado "ni por la víctima, ni por quienes lo acompañaban que estaban pasando un buen momento tomando cerveza en la puerta de una despensa". Los jueces no advirtieron contradicciones, sino diferencias en las apreciaciones entre los presentes.

El móvil, los motivos que llevaron al ataque, también quedaron demostrados. Había problemas anteriores e incluso amenazas vertidas por los imputados a Millacán la tarde previa en el Alto Río Percy.

Los jueces consideraron que hubo una convergencia de voluntades para llevar a cabo el homicidio. "Quedó probado que después del disparo que efectuó el señor Cayuleo, el resto de las personas se quedaron paralizadas, algunas fueron muy gráficas en este sentido, manifestaron unos 'me quedé tildado' otro mencionó haber tenido temor, lo cual es obviamente esperable ante un grupo de seis personas entre las cuales hay personas armadas... inmediatamente después de esto aparece el acometimiento primero con arma de fuego y después con golpes de puño", expuso Dal Verme.