Más de una treintena de adolescentes del último año de la Escuela Bilingüe Puerta del Sol, participaron del simulacro de Juicio por Jurados organizado por jueces, fiscales, defensores y personal de la Oficina Judicial de Esquel. 

La actividad contó con el respaldo del Municipio de Trevelin que puso a disposición el Salón Central. 

Los fiscales fueron María Bottini y Martin Robertson, defensoras Carolina García y Paola Bagnato y juez técnico, Martín O’Connor.

“¿Han llegado a una decisión unánime?” le preguntó el juez al jurado cuando este ingresó a la sala luego de la deliberación. El vocero de los Jurados populares, anunció el veredicto diciendo: “Nosotros el Jurado, hemos encontrado al acusado culpable de lesiones graves cometidas con exceso en la legítima defensa”.

Este fue el corolario del juicio simulado que contó con gran compromiso de todos los intervinientes.

La actividad comenzó a las 9:00 de la mañana con una bienvenida y una explicación breve de lo que ocurriría a lo largo de la jornada. 

Los estudiantes, desde que ingresaron, fueron designados con un número por el cual se identificaría a lo largo del proceso de selección y con el que permanecerían los doce jurados titulares y los dos suplentes. 

La identidad de los jurados es reservada. Ni su nombre, ni su rostro puede hacerse público.

La selección de los jurados

Voir Dire es el nombre que recibe la audiencia en la que se determina quienes serán los ciudadanos que tendrán la delicada misión de absolver o condenar a otro ciudadano acusado de haber cometido un delito.

Del total de personas convocadas a esta audiencia, solo 14 quedarán para la etapa del debate, 12 serán los jurados titulares y dos, suplentes. 

Esa selección debe realizarse respetando los principios de igualdad, no discriminación, proporcionalidad y libertad de pensamiento. Tendrán que actuar con independencia e imparcialidad.

Para garantizar la imparcialidad e independencia del jurado se lleva a cabo esta audiencia en la que tanto la Fiscalía como la Defensa, realizan preguntas a todos los convocados para sondear y eliminar a quienes se evidencien reacios, por sus vivencias personales, creencias, costumbres, etc, a internalizar la teoría del caso que cada una pretende probar.

En función de las respuestas, las partes tomaron nota de los números que identificaban a los jurados que serían recusados con causa y aquellos que lo serían sin causa.

El juez les preguntó si alguno tenía un impedimento serio para ser jurado y permanecer en el debate el tiempo que este demande.

Luego de retirarse los jurados, las partes debatieron sobre las recusaciones. La mayoría de ellas fueron admitidas. 

Se hizo ingresar al jurado, se informó quienes fueron recusados y entre los restantes se realizó un sorteo para seleccionar siete varones y siete mujeres. En un segundo sorteo de definió un varón y una mujer que serían los suplentes.

El juicio

Con todos los asistentes de pie, ingresaron los jurados ubicándose en el ala izquierda, en el centro el juez técnico de cara al público. Entre el juez y el jurado se ubicó la silla por la que desfilarían los testigos. De frente al juez y de espaldas al público, las partes.

O’Connor explicó a los jurados cuál es el marco de su intervención en el juicio, además de dar instrucciones tales como que el imputado es inocente y así debe ser considerado, y que la Fiscalía debe probar que él cometió un delito. Añadió que el acusado no tiene nada que probar, su responsabilidad debe ser probada más allá de una duda razonable.

“En esta vida no hay certezas absolutas… pero debe haber un grado de certeza para decidir su culpabilidad por el delito”, indicó. 

También les dijo el juez que el jurado es independiente, soberano y responsable por su veredicto. Ninguno puede ser sometido a una persecución, ni castigado por la decisión que tomen.

Con estas instrucciones comenzó el debate. Bottini expuso el caso. Se trataba de un hecho en el que Gabriel Perez y Manuel Silva pelearon, resultando apuñalado Silva. 

Era de noche, estaban en un bar, tomaban, tuvieron diferencias, forcejearon, la víctima entró a la camioneta para irse, Pérez rompió el vidrio de la ventanilla del conductor, lo sacó y lo apuñaló. 

Este hecho llevó a que Silva debiera ser hospitalizado, que se viera impedido de realizar sus actividades en el campo y que tampoco pudiera continuar realizando deporte.

La defensora Carolina García, explicó que les contarían otra versión del mismo hecho. “Ustedes saben que siempre que hay una versión y hay otra”, dijo. “Lo que nosotros sabemos es que Pérez se defendió. Son amigos que esa noche se pelearon. Lo que ustedes tienen que decidir es si la agresión fue justificada o no, si lo que hizo fue defenderse”. 

Añadió García, “Si lo entienden así, fue no culpable… Si creen que se defendió pero se le fue la mano, esperamos que digan que se excedió”.

Siguió el juicio dando cuenta de las convenciones probatorias. Se escuchó a los testigos. Declaró el imputado y alegaron las partes.

Cuando se retiró el jurado, las partes discutieron las instrucciones técnicas en torno a cuáles son los tipos penales que pueden ser aplicados en función de lo planteado en el debate. Con lo resuelto en esa discusión, se convocó al jurado, el juez les leyó las instrucciones y entonces sí, el jurado se retiró a deliberar.

De imputado a jubilada

Marisa Troncoso, empleada de la Defensa, personalizó al imputado. Esta fue la última tarea que debió desempeñar para la institución. 

Uno de los momentos emotivos, finalizado el simulacro, fue cuando sus compañeras compartieron esta información con los presentes, pidiendo un aplauso para felicitar a la nueva jubilada.

Fuente: MPF Esquel