Los padres de Federico Copponi hablaron este viernes en la jornada de alegatos finales en el juicio que determinará la responsabilidad que tuvo Miguel Saenz de Sumarán en su muerte.

"Lo escucharon a Miguel" dijo Graciela entre lágrimas mirando al jurado y al imputado a la vez, a quien conoce perfectamente porque era amigo de su hijo. De mi hijo solo pudieron ver a un muchacho acostado en un sillón sin vida. No conocieron su sonrisa encantadora, su voz ni lo que el transmitía."

"Lo natural en la vida es que los hijos entierren a los padres, pero esto no es natural para nosotros. No fue natural enterrar a nuestro hijo. No tiene traducción ni en el diccionario" señaló con enorme dolor.

Luego destacó mirando a su familia que está orgullosa de sus cuatro hijos. Acompañó el momento con las fotos de sus nietos y recordó que hace dos días Federico hubiera cumplido 33 años, mientras se desarrollaba el juicio por su asesinato.

En el tramo final, miró a los ojos al imputado y le dijo con un temple admirable "Miguel solo pido a Dios que te bendiga y que te acompañe en tu destino".