Por Milagros Nores

Aunque sus esculturas hablan por él, detrás de ellas está Tomás Schinelli Casares, ingeniero forestal, escultor revelado, emprendedor en herrería artística-decorativa y actual secretario de Producción y Ambiente de Trevelin.

Su primera escultura profesional y punto de partida para resignificar un talento hasta aquel momento inexplorado está en la Plaza Coronel Fontana de Trevelin: un homenaje al dragón celta de la bandera galesa que emerge con todo su movimiento y poder frente a los ojos.

El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
Dragón rojo-Schinelli
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
Dragón rojo en proceso-Schinelli

A dos años de aquel resultado contundente y movilizador, Tomás vive un presente agitado, con muchos encargos y un reconocimiento temprano a su talento, que lo lleva en octubre a París.

En esta entrevista, retrocede a ese punto de partida para intentar explicar aquello que no sabe explicar, porque le sale intuitivamente, mientras a otros les lleva una vida.

—Te vas a París...

Me voy al evento Art Shopping en octubre, que es una feria de exposición y venta que siempre se hace en varios lugares de Francia, pero dos veces al año en el Louvre. Es la feria comercial más importante de Europa. Uno se puede inscribir pero es exorbitantemente caro exponer ahí. Hay una gente en Buenos Aires que arman stand de argentinos, ven estilos que les gusta o son innovadores y los invitan a participar. Entonces entre todos se paga ese stand.

—¿Cómo fue el contacto?

Ellos cayeron a mi Facebook, no sé cómo y vieron que la técnica que hago no es algo muy común. Acá se usa mucho basura, y ese tipo de reciclado del metal. Pero de lo que hago yo no encontré a nadie. Les gustó, me llamaron para participar e hicieron ellos un esfuerzo porque el espacio que requiere un escultor es bastante más que el de los cuadros.

Schinelli asume que este viaje es una oportunidad única de conocer a miles de personas del mundo del arte y abrir nuevas puertas. De la Argentina, solo viajan él junto a otros dos escultores y el resto son pintores de Buenos Aires y Mar del Plata.

El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
Huemul que recibió el 3er puesto en un concurso-Schinelli

—Es de algún modo un reconocimiento...

Es que de otro modo no podría exponer ahí. Igual ahora es todo a pulmón, juntar la plata para pasajes, para estar ahí y la finalidad es más que nada la experiencia. Son tres días. El primer día van solo galeristas de todo Europa, van a buscar obras. Y después hay mucho mercado, van 15 mil personas por día y van todos buscando comprar algo. Yo llevo lo que puedo pagar del espacio que en este caso son dos obras, pero voy a tratar de llevar tres.

—¿Cómo surgió dedicarte a la escultura?

—Nunca estudié absolutamente nada del arte. Pero desde muy chico, ya en la primaria por ejemplo, me robaba tizas en la escuela y las tallaba. Tallaba cabezas, figuras, cuerpos. Las tallaba con los sacapuntas que robaba a mis compañeros y rompía para sacarles el filo. Después hacía esculturas con fósforos. Cosas siempre chiquititas -sigue recordando- Hice muchos años maquetas, de las que se compraban para armar, pero en vez de hacer el avioncito como viene, era con agujeros de bala, puesto en un escenario, o sea, hacía lo que se llama "dioramas". Tengo muchos años de dibujar también, de hacer retratos. Hice mucho tiempo cuchillos...

El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París

"Después, hace unos seis o siete años me compro las primeras herramientas para hacer trabajos en hierro, que surge de la necesidad de resolver algunas cuestiones de mobiliario y de decoración para la casa. Herramientas para soldar, el yunque, me fabrico la fragua y demás, y un poco con videos de youtube y un poco de prueba y error descubrí esto de la forja y me encuentro con un material que me permite hacer cosas que antes no podía. Porque con la madera vos no podés deformar. Con esto vos estirás, apretás, doblás, enrulás, hacés lo que quieras. El hierro en todas sus formas. Caño, chapa, planchuela, pedazo macizo. Esto de usar el fuego para deformarlo... Entonces ahí empecé a hacer cuestiones de decoración, hacer rulos, flores, ese tipo de cosas y mientras exploraba todo ese mundo encontré cosas en internet, algunos artistas escultores, sobre todo una artista de Nueva Zelanda que fue la que más me impresionó porque cuando vi cómo lo hacía dije "esto es algo que tal vez pueda hacer" y ahí surge casi como una apuesta el tema del dragón".

—¿Utilizás algún programa de diseño para crear?

-No. Trabajo haciendo un esqueleto, el cuerpo. Saco de internet un montón de imágenes en lo posible de todos los ángulos que puede haber para poder estudiar la anatomía, después hago un dibujo en la mesa, con eso hago los primeros dos hierros que trazan el perfil y después le empiezo a dar volumen intuitivamente pero estudiando las proporciones a partir de las imágenes. Con el tiempo y con la repetición cada vez corrijo menos. Ya tengo el ojo adiestrado para generar esos volúmenes.

El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
Puma, encargo para un loteo-Schinelli

-Una tarea totalmente artesanal

-Sí, y después me di cuenta de que es lo que me resulta más fácil, pero es lo más difícil técnicamente: definir un volumen tridimensional. Porque hacer un dibujo a partir de cualquier técnica siempre es en un plano y es fácil de corregir, pero cuando lo llevás a lo tridimensional y empezás a mirarlo desde otros ángulos, no funciona. De todos modos ahora tengo ganas de probar otras técnicas totalmente diferentes pero siempre partiendo del mismo concepto de buscar que la figura se vea viva, natural, que no esté en una postura demasiado forzada. Me ha pasado que el cliente decide algo que al final no queda bien y no lo voy a hacer más.

—¿Y cuáles son las temáticas que más te motivan?

—Animales y plantas por haber estudiado ingeniería forestal, tengo una conexión con el ambiente evidente y por ahora han surgido cosas asociadas a eso, pero no es lo único que hicimos.

Entre sus obras hay varios encargos para espacios públicos, como la cabeza fracturada para el día de la memoria, el dragón y el bombero para el destacamento de Trevelin, en donde Schinelli se permitió jugar y proponer otro tipo de trabajos que no sean las esculturas u objetos tradicionales. Entre los pedidos particulares se destacan las liebres, el puma, el dogo argentino, etc.

El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París
El hierro es poder: Schinelli lleva sus esculturas a París

—Vivir del arte, ¿en tu caso es posible?

—En el momento que termine el trabajo en la Municipalidad sé que voy a seguir con el tema del hierro en general. Por un lado estos trabajos míos de escultura, pero también del Arte en Hierro que se están moviendo muchísimo. Hemos combinado trabajos, por ejemplo una reja con un dragón. Siempre es herrería con algo artístico. Hay bastante continuidad de trabajo, tanto que no hemos tenido tiempo de salir a buscar.

—En el caso de las esculturas, ¿el trabajo es intransferible? 

-Me han preguntado si doy cursos pero qué te voy a enseñar, si lo que podría transmitirte, por ejemplo cómo soldar, no considero que lo haga bien. Lo original está por otro lado y me sale intuitivamente, no sabría cómo enseñarlo.