Por María Lloyd

Desde el fondo de la casa una voz cantante recibe a otra voz que le repite con la misma melodía: "Eldaaa, Eldaaa, Eldaa". En el medio su hijo Germán ya acostumbrado deja que la música penetre por la casa. Una tetera floreada y humeante, dos tacitas y el piano esperan las preguntas. Es imposible para cualquiera que se acerque a esta mujer de ojos fuertes y decididos no hablar de música o cantar. Siempre cantar: "para mi criar a mis hijos e ir a un ensayo tienen la misma responsabilidad", confiesa.

En el Día Internacional de la Mujer, EQSnotas.com cuenta la historia de Elda Griffiths, una mujer que hizo afinar hasta las paredes: "Entre tantos recuerdos me parece verla el día que debutó al frente del Coro de Niños, dirigiendo, por primera vez, un grupo coral a instancias mías, en el templo cristiano de la Iglesia Galesa en pleno centro de Trelew. Fue una prueba de fuego que superó graciosamente, ya que los chicos la adoraban y esa tarde se comportaron como pequeños profesionales. Desde entonces nunca dejó de dirigir, cumpliendo, además, con una de mis mayores ilusiones de ayer y de hoy: que la directora debía convertirse en la maestra de canto de sus propios coreutas, con lo cual difundió mi técnica durante 43 años desde la costa marítima de Trelew hasta la cordillera y los lagos de Esquel". Así la presenta en su libro "El nuevo maestro de canto", Sergio Tulián, quien fue maestro de técnica coral de Elda.

Fundó en Trelew el Coro Municipal de Niños y Adolescentes y era asistente del Coro de Adultos. Ya en Esquel, inició el Coro Seion en el año 82: "Rendí examen para el pueblo porque era medio loquita y me observaban bien de cerca", cuenta. Durante 30 años coordinó los coros de todas las edades de la ciudad, siempre con una fuerte impronta de la cultura galesa, de la que es descendiente: "la gente me reclamaba que armáramos canciones en galés así que propuse un grupo con los más viejos que eran los que sabían las canciones tradicionales, Euros y Lynn Lloyd, Ernesto Freeman.... todo un grupo que me las enseñó para dárselas a los más chicos".

Elda nació en Gaiman, el 25 de febrero de 1948: "soy del siglo pasado", se ríe y aclara: "San Martín y Kirchner nacieron el mismo día que yo y también es el aniversario de Esquel. Yo decía que por eso elegí quedarme acá".

Hija de agricultores galeses, Eirwen Davies y Owen Griffiths, es la anteúltima de cinco hermanos: "bastante consentida era. Dicen que era linda y tenía rulitos y me animaba a cantar sola y en esa época los Eisteddfod se llamaban de otra manera y se hacían por capilla. Entonces mi mamá me preparaba y me insistía que no importaba si ganaba o perdía, pero sí que hiciera un buen papel, no quería que hiciéramos el ridículo. Básicamente mi mamá me obligó a tener la autoestima alta al punto que hoy me importa tres pitos el ridículo. No sé bien qué es el ridículo, porque mi mamá me estimulaba para todo", recuerda.

EQSnotas.com: Empezaste a cantar por tradición ¿cómo llegaste a enseñar?

EG: Hice el secundario en Trelew y terminé como Maestra Nacional Argentina pero nunca ejercí en la escuela. Estaba chocha con enseñar pero de sólo pensar en la estructura escolar, los proyectos y planificaciones.... mmm no puedo. Yo sabía que quería trabajar con chicos pero no en una escuela. A los 17 ya estaba de novia con Luis y trabajaba en una guardería, me pusieron en la parte social entonces visitaba a las familias y llevaba a los chicos al médico. En los tiempos libres, claro, les enseñaba a cantar".

Si hay algo que Elda asegura es que cualquiera puede cantar: "se puede tener condiciones, pero cantar es otra cosa. Eso lo aprendí en mi experiencia comunitaria: los galeses cantamos en todos lados, en momentos tristes y alegres". Tanto es así que cuando descubrió la voz de Luis, también le enseñó a cantar: "Nos íbamos a la chacra de mis padres y cantábamos una canción de una serie televisiva, Bat Masterson", ver ese potencial en todas las voces que se le cruzaban, es lo que siempre la mantuvo enseñando.

EQSnotas.com: Hasta entonces todo era bastante familiar ¿Cuándo empezaste a aprender técnica vocal? 

EG: Delia Polanco era profesora de piano y ella me marcó un montón. Cuando quería escapar de las horas de Historia me escondía abajo del piano y ella era muy cómplice de todo lo que proponía. Hacíamos veladas estudiantiles y me enseñó lo más académico porque yo venía del canto religioso y del sistema galés que es el Sol-Fa. Después apareció Daniel Biassi, un músico impresionante que rompió con algunos preceptos que yo tenía. Yo de joven había intentado aprender piano y la profesora si te equivocabas te pegaba en la mano y eso a mi me hizo dejar. De pronto Biassi me dice, usá estas tres notas e improvisá.... A mi me pegaban en la mano cuando hacía algo que no me habían pedido y ahora tenía que crear con tres notas y no podía. Él me enseñó a improvisar.

Después conocí a Sergio Tulian quien me enseñó la técnica vocal que me cambió el mundo. Los directores suelen tener miedo que el alumno se les desboque y con él era todo al revés. Que saquen todo, te dejaba volar y después trabajaba lo finito. El canto tiene mucho que ver con los sentimientos, y eso se ve y se siente siempre. Después apareció un director de La Plata, José María Sciutto quien me enseñó dirección coral y cuando estaba armadita le dieron el pase a Luis para Esquel.

Un nuevo comienzo para el canto comunitario local

En el año 82 Elda llegó a Esquel. Levanta las cejas y mira con cierta picardía: "El coro municipal lo dirigía José Weber, que era Director de Radio Nacional. Fui enseguida a presentarme y me dijo: "Ya tengo muchas voces femeninas, decile a tu marido que venga". Faltaba que me dijera eso para meterme un cuete en el traste".

Así fue que se acercó a la Asociación Galesa, quien junto con el Grupo Melipal bancaron la fundación del Coro Seion. Comenzaron con los coros de niños y jóvenes como iniciativa privada: "Con la vuelta de la democracia, el entonces Director de Cultura, Daniel García, me invitó a hacerlos municipales y me animé". En 1985 a Luis lo vuelven a trasladar y hubo despedida: "Me fui de Trelew sin ganas y cuando volvimos no nos queríamos quedar. Tuvimos suerte porque a los dos meses se abrió una vacante en Trevelin para Luis en el banco y nos volvimos".

Elda Griffiths, una historia con voz propia

Más de treinta años haciendo cantar y divulgando la cultura galesa. De la capilla en Gaiman cuando era chiquita a la capilla Seion enseñando villancicos galeses. Elda, incansable, todavía da clases individuales y se metió en teatro. No sin antes intentar un coro de adultos: "No había nadie que enseñara. En el 87 publiqué un aviso en una revista que me llegaba por correo para solicitar algún maestro. De todos los que me respondieron me encontré con Jorge de Oro que me mandó cassettes con obras propias y cuando vino a Esquel hice todo lo que pude para convencerlo de que se quedara".

De esa forma Elda logró armar el grupo de adultos y participar cantando, mientra daba clases a niños y jóvenes. Desde 1982 a 2012 muchas generaciones pasaron por sus clases particulares y corales. El que pasó por las clases con Elda se llevó el canto en el corazón.

Hace siete años a Elda le diagnosticaron Parkinson, "eso me deprimió porque pensé que no iba a ser yo, después me jubilé y dejé el coro". Pero eso no la detuvo. Nené Guitart se le acercó un día para invitarla a hacer teatro: "Zorra vieja Nené, me convenció diciéndome de armar algo con canto y yo que siempre estuve en el escenario de espaldas, ahora hago cantar a todo el grupo Efectos Colaterales".

Mención aparte, Efectos Colaterales presenta en estos días una conferencia performativa coral titulada "Porqué Federico", en donde Elda participa.

Elda Griffiths, una historia con voz propia

Cualquiera que dijera "ah pero yo no sé cantar", era una excusa para que Elda se pusiera manos a la obra. "Soy vieja por eso hice cantar a todos", dice con humildad, pero lo cierto es que mantuvo viva la costumbre de cantar grupalmente, con las tripas y el corazón.

Quienes la conocen o disfrutan de su trabajo, la recuerdan balanceando sus brazos con seguridad, alzando sus cejas como animando a sacar las voces, alisándose hasta los rulos con los agudos. "Es un placer ver a alguien cantar, demostrarle que puede hacerlo. La desafinación es por timidez o bloqueos y conocí maestras que hacían horrores diciendo que alguien no podía cantar. Cuando escucho una voz que no afina les pregunto ¿Qué te pasa? Cuando me lo cuentan sale la voz, que es como una huella digital, se pueden parecer, pero son distintas y es maravilloso encontrarse con esa diversidad".