La obra "Todo lo que arde es mío" realizará tres funciones en la ciudad de Esquel como parte de una gira. Los días sábado 14 y domingo 15 de enero a las 22 horas en Teatro La Juntadera, ubicado en calle Urquiza 254 y el viernes 20 de enero a las 21 horas en el Camping La Colina, en calle Darwin 1400.

Se trata de la primer obra de Álvaro Ochoa Martínez como director y dramaturgo. Álvaro se formó con el grupo de teatro de Luis Bertero y desde entonces su pasión por el arte fue creciendo. Para ello se formó y hoy también dicta talleres de experimentación escénica.

Es una historia que está ambientada en los paisajes de bosque y montaña. Tiene mucho que ver con el amor por el paisaje, la aventura, la mirada infantil del mundo, y entre otros tópicos, la problemática de los incendios en nuestra región.

Con la dirección del esquelense  Álvaro Ochoa, llega a Esquel la obra "Todo lo que arde es mío"

La obra utiliza la figura alegórica del fuego como fenómeno que -al manifestarse fuera de control- “empuja las cosas hacia un cambio abrupto”. Una nena narra en primera persona su proceso de maduración repentina y parte desde la inocencia propia de la niñez hasta tomar completa conciencia de la peligrosidad del mundo que la rodea y de la finitud de las cosas. 

A través de su narración, ella invita al público a sumergirse dentro de su percepción fantástica y lúdica del mundo, que es también su refugio para la situación que la excede. De esta forma es que su perro “Gino” encuentra voz en el relato. Él le habla, y le ayuda, a modo de compañero/alter-ego animal, que al igual que ella, busca entender el mundo y los sentimientos que experimenta. 

Las montañas, el bosque, y el clima, configuran otro eje clave para la narración y la puesta. la “monumentalidad de la naturaleza” se vuelve no sólo un marco, sino también guía, y genera contraste en relación con el “estatuto menor” de los niños y los animales. 

“Todo lo que arde es mío” realza las voces de “personajes pequeños”, reflexiona sobre la necesidad de sumergirnos en nuestras fantasías singulares, y de generar sentidos que se vuelvan refugio de los contextos de crisis, que a la vez, nos devuelvan sabiduría.