El Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, de la Federación Rusa, aprobó hoy las primeras 140.625 dosis del componente 1 de la vacuna Sputnik V que fueron producidas en la Argentina por Laboratorios Richmond. Así se lo informó esta tarde al presidente Alberto Fernández el CEO de esa empresa farmacéutica, Marcelo Figueiras.

"Hace unos instantes el Instituto Gamaleya nos dio la aprobación del primer lote industrial fabricado por Laboratorios Richmond para ser usado en nuestro país", expresó Figueiras en una videoconferencia con Fernández.

Según detalló, se trata de un primer lote de 140.625 dosis del componente 1 de la vacuna, mientras que el laboratorio ya produjo hasta ahora aproximadamente 1,3 millones de dosis del componente 1 y 1.010.000 dosis del componente 2 que se irán autorizando en los próximos días.

El mandatario le agradeció "de corazón en nombre de todos los argentinos" y aseguró que se trata de "un avance infinito porque es muy importante que en un tiempo como el que vive el mundo en la Argentina estemos produciendo una vacuna de la calidad de la Sputnik V".

Además, el Presidente remarcó que es "un paso importantísimo y lo ha hecho una empresa privada, el Estado ha ayudado en lo que estuvo a su alcance, pero el mérito central es de la actividad privada, que apostó en tecnología, que puso toda la tecnología necesaria para producir esto".

Por su parte, Figueiras también manifestó estar orgulloso por el logró y transmitió su agradecimiento "a todos los que colaboraron con este proceso para poder llegar en tan poco tiempo a cumplir con este desafío, a la Presidencia, a los ministerios de Salud, de Economía y de Desarrollo Productivo, y a la ANMAT, que nos apoyó y nos guió, a nuestros colegas de la industria farmacéutica, especialmente a MR Pharma, y a tantas compañías de la Argentina y del exterior que nos han ayudado, y especialmente a nuestros científicos, médicos, técnicos, profesionales que dieron todo y lo seguirán dando".

Las vacunas producidas por Richmond son elaboradas con el antígeno que es importado por la Argentina desde Rusia. Localmente se lleva a cabo la formulación, filtrado y envasado con el fin fortalecer el Plan Estratégico de Vacunación.

A partir de la transferencia de tecnología del Instituto Gamaleya se posibilitó que Argentina pueda producir vacunas contra COVID-19 -con probada eficacia y seguridad- para la población argentina y con una mirada regional, lo que posiciona al país como un actor clave en la elaboración de vacunas en el mundo.