"La Casona" en el Teatro La Juntadera: una comedia de máscaras que invita a la reflexión
Una casona olvidada se convierte en el escenario donde el poder se disfraza de linaje, los discursos reemplazan a los guisos y la memoria intenta no ser archivada.
¿Quién cocina la historia que nos comemos? Esa es una de las preguntas que dispara “La Casona”, una comedia negra de máscaras que llega a Teatro La Juntadera (Urquiza 254, Esquel) los sábados 7 y 28 de junio a las 21 horas. La propuesta es del grupo Teatro para la Chacota, y mezcla crítica social, humor ácido y una estética que atrapa desde el primer momento.
Con una entrada que se puede conseguir por contribución voluntaria anticipada entre $12.000 y $20.000 (o a $20.000 en puerta), esta obra promete una experiencia teatral intensa, absurda y profundamente humana. Las reservas se hacen por WhatsApp al 2945 334556 (solo tenés que mandar tu nombre y cuántas entradas querés).
La historia transcurre en un pueblo donde las promesas sobran, pero el hambre también. Una casona olvidada se convierte en el escenario donde el poder se disfraza de linaje, los discursos reemplazan a los guisos y la memoria intenta no ser archivada. Entre pasado y presente, la obra pone en escena las tensiones de lo colectivo, la manipulación, el deseo y la construcción de futuro.
El elenco está formado por Micaela Sofía Clozza, Mariquena Albistur, Vero Verano, Facundo Heinzle, Agustina Llansa, Brenda Raviolo, Ana Antorena, Julia Jacobsen, Mar Pérez, Tuti Deías Spreng y Pamela Thumann, un grupo potente que da vida a esta tragicomedia con máscaras, cuerpo y mucha ironía.
La dirección y diseño de luces están a cargo de Sebastián J. Pellegrini Ortega, con dramaturgia de Luisina Teresa Rojas, máscaras realizadas por Facundo Heinzle y música original de Tuti Deías Spreng. Además, el vestuario y la producción cuentan con el acompañamiento de Glenda Lloyd y @giotoneproducciones.
“La Casona” no es solo una obra para ver: es una invitación a repensar nuestro rol en las historias que se repiten. ¿Somos cómplices, sirvientes o constructores de otro destino?