El caso de un niño de once años que pidió a la justicia dejar de usar el apellido de su papá tiene, más allá del fallo favorable a su pedido, un condimento que marca los tiempos de cambio que los juzgados de familia están acompañando y protagonizando: la participación de los niños como sujetos de derecho y la adaptación de la justicia a un lenguaje para ellos.

Este caso puntual sucedió en Esquel. El niño de 11 años acudió al Juzgado de Familia N° 1 donde interviene la jueza Mariela González de Vicel a solicitar la supresión del apellido paterno. El chico participó activamente del proceso y la jueza tomó la determinación de escribirle una sentencia con un lenguaje adaptado para él, que el niño fue personalmente a escuchar.

De Vicel relató cómo fue el proceso que la llevó a hacer lugar a este pedido puntual. "Hemos tenido varias situaciones de solicitud de suspensión de apellido paterno, generalmente lo hacen las personas mayores de edad y hemos tenido sí de niños y hemos hecho lugar, pero también hemos rechazado" aclaró.

"Esto se trabaja caso a caso con muchísima responsabilidad, haciendo mucho hincapié en la interdisciplina, en lo que le puede aportar al proceso una psicóloga, la trabajadora social, porque estos asuntos se vinculan con la identidad de las personas, tema muy sensible para nuestra sociedad. Es uno de los supuestos donde uno más se involucra, sobre todo cuando se trata de niños pequeños, es muy difícil detectar si el deseo genuino de ese niño o está influenciado".

El caso

"Nosotros le comunicamos el pedido del niño representado por su mamá al papá, que vino al proceso a dar su versión con el abogado. Acá se pedía la supresión del apellido paterno y utilizar el materno, que le producía al niño identificación. Si él hubiese nacido en 2015 podría haber tenido primero el materno y después el paterno, pero no era el caso".

De Vicel explicá cómo es el proceso: "Acá el ejercicio de mi trabajo, cuando se trata de los derechos de los niños es mirar al niño, desde el niño y para el niño. No solo se lo escuchó, sino que se hicieron todas las investigaciones para detectar si había una afectación a su identidad por la portación del apellido del progenitor impuesto a partir de la legislación, que cuando él nació decía que se ponía el apellido paterno. Entonces como eso era genuino y a él le afectaba porque no se identificaba, porque no había crecido al amparo de esa figura paterna, sin perjuicio de que lo conocía, sabía quién era, incluso tenía datos de su familia, ese vínculo estaba desarticulado".

"Se hicieron dos o tres cosas que esperemos den buen resultado. Una fue hacerle saber a la psicóloga que trabaja con este niño todos los temas vinculados con esa ausencia, para que en determinado momento también se pudiese incorporar a este progenitor. Porque esto no significa que ese progenitor haya perdido derechos y responsabilidades. Sigue pagando cuota alimentaria, si se empieza a revincular podría tener un régimen comunicacional". 

Un niño que quiso participar 

"Otra cosa interesante es el modo en que este nene pidió él escuchar la sentencia. Yo se la escribí en términos que, sin dejar de ser jurídicos, fueron adecuados para él. Cuando yo le fijé la fecha de lectura de sentencia él fue a escuchar lo que tenía para decirle. Esto genera ciudadanía, les permite sentirse partícipes -que lo son- se cumple la convención de esta manera, que participen de sus propios procesos, que sepa que se los escucha y que si se les dice que "sí" hay razones y que si se les dice "no" también" destacó la jueza.

De Vicel comentó que "lo que sí se ha modificado es el mayor protagonismo que tienen los niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de sus derechos personalísimos" y no olvidó explicarle al niño que si el día de mañana quiere agregarse el apellido, solo tiene que ir al Registro Civil y hacerlo.

La sentencia aún debe ser revisada por la cámara.

El texto de la sentencia

"Como te conté el día en que nos conocimos, tuve en cuenta tu pedido de dejar de llevar en tus documentos el apellido de la familia de tu papá, y estudié mucho tu solicitud. Por ser un tema que tiene mucho que ver con tus sentimientos más profundos, y ser vos un niño que está creciendo, aprendiendo, formándose, le pedí a la psicóloga que te haga hacer dibujos, te entreviste, conozca a algunos de tus parientes y me cuente más sobre vos. También escuchamos a otra gente que te conoce, que para los abogados se llaman ´testigos´, y, por supuesto, a tu madre y a tu padre".

"Con todo eso, llegué a la conclusión que lo que pedís es razonable, porque tus motivos son fuertes y no tienen que ver con lo que te pudieron decir las personas más cercanas, sino con lo que realmente vos querés. Pero también quiero decirte, nuevamente, que ser papá o mamá es una de las tareas más difíciles, y que es un camino que no siempre se hace de la mejor manera, sin tropezar o equivocarse".

"Mucho tiene que ver lo que aprendimos cuando somos niños o niñas, y creo -al igual que la psicóloga- que en el caso de tu progenitor algo de eso le pasó. Se lo hicimos ver a él y esperamos que pueda mejorarlo. Lo que más nos interesa es que vos no sientas que es tu culpa o que hiciste algo mal o insuficiente, porque no es así en modo alguno. Fueron las cosas que los adultos tramitaron de manera incorrecta, por no poder o no saber hacerlo de otro modo".

"Hay algo que es importante que sepas -sigue el texto-: este cambio de apellido no significa que tu progenitor deja de ser para la ley la persona que tiene el deber de brindarte lo que necesitas para ser un adulto responsable. El tiempo, y la ayuda que te van a dar tu psicóloga y tu mamá, nos mostrarán si va a ser así o de otro modo. Por eso también le vamos a pedir a ellas que lean lo que escribimos la psicóloga y yo, en especial en la parte que se sugiere que se incluya a tu progenitor en el tratamiento, pues de ese modo es posible que superes ese dolor que pudiste mostrar en esto que los abogados llamamos ´juicio´".

"Voy a despedirme alentándote para que sigas desarrollando tu creatividad característica, y espero sinceramente que este pedido que hiciste a una jueza -que te escuchó atentamente- te haga sentir mejor. Quiero decirte que más adelante, si así lo deseas, podés ir al Registro del Estado Civil y las Personas y agregarte nuevamente el apellido que a partir de esta decisión no deberás llevar. Estoy a tu disposición para lo que necesites, inclusive si querés que te aclare algo de lo que te escribí".