Un vecino de Villa Ayelén cansado de que los autos pasen a toda velocidad, tomó una medida extrema y puso sus dos autos algo más separados que lo usual del cordón para obligar a quienes circulan a frenar.

Eduardo Ricart asegura haber presentado varias cartas en la Municipalidad porque más de una vez vio como los vehículos se exceden en velocidad, incluso poniendo en riesgo a los niños que andan en bicileta por ahí. Al no obtener una respuesta concreta definió hacer él mismo una solución transitoria aunque ponga en riesgo sus propios autos: "no los voy a sacar porque no quiero que maten a nadie", dijo.

Aún con varias quejas de sus vecinos, Ricart prefiere mantener la medida: "Vinieron de la Policía y justo vieron cómo frenó una camioneta cerca de unos chicos. Como tengo los autos estacionados en sentido contrario me dijeron que no está mal y que podía hacerlo".

También contó que vinieron de Inspección Municipal y le dejaron un acta asegurando que tenía el auto abandonado, al explicar la situación le permitieron continuar con la medida: "Lo que quiero es una solución, que pongan carteles, que los agentes controlen el tránsito. La Municipalidad no puede poner un lomo de burro en ripio, porque sería responsable de cualquier auto se estropee y lo mismo yo, sólo puede hacerlo en asfalto", explicó.

Finalmente desde el Municipio dice que se comprometieron a presentar un proyecto en el Concejo Deliberante para poder poner los carteles que obliguen a bajar la velocidad, mientras tanto, Ricart mantendrá su decisión.