Los precios de los combustibles comenzaron a ajustarse ayer en todo el territorio nacional tras la fuerte devaluación del peso. La primera petrolera en implementar el aumento fue Shell con incremento que ronda el 37% promedio y este jueves hizo lo propio YPF. 

De esta manera el precio de referencia de la nafta Súper en la Esquel pasó a costar $509; la Infinia 629; Ultra 639; Infinia Diese 789. 

De esta manera, en poco más de un mes los valores se duplicaron, considerando que el 1° de noviembre la nafta Súper en la Esquel costaba $264; la Infinia 352; Ultra 333; Infinia Diese 430. 

Los precios de los combustibles casi se duplicaron en un mes: los nuevos valores en Esquel

Los aumentos se explican debido al salto del tipo de cambio oficial, que pasó a $800, y al proceso de recuperación de precios por el atraso acumulado en el último año, debido a los acuerdos de precios del gobierno anterior en un contexto de aceleración de la inflación. Desde una petrolera estimaban que a la nafta le quedaba un atraso del 30%, incluso luego del aumento del fin de semana pasado, pero ese número era previo a la devaluación.

De esta manera, el precio de referencia internacional, que es la variedad súper, pasó a tener un valor de poco más de u$s 0,75, por debajo del promedio histórico del país de entre 1-1,1 dólar por litro.

El viernes pasado, a menos de 48 horas de la asunción del presidente Javier Milei, YPF aumentó los precios en sus más de 1.600 estaciones en un 30%, luego de que Shell y Axion implementaran un ajuste del 15% promedio.

El raid de precios iniciado desde las elecciones primarias quebró un proceso de aumentos acordados, en el marco del programa Precios Justos implementado desde diciembre de 2022, con subas mensuales de 4,5%, lo que generó un atraso en la actualización de los precios en surtidor.

Nuevos aumentos

Pese a este nuevo aumento, el segundo en una semana, los precios de las naftas treparon más de 60% y todavía están lejos del histórico valor de 1 dólar oficial (hoy en $800).

Cristian Bergmann, consultor y experto en energía, consideró que podría haber nuevos aumentos: “Un nuevo dólar de $800 pone en tensión el precio en surtidor. Es de esperar un reacomodamiento de los precios en el orden del 50 al 70%, principalmente por el pass through de la devaluación”. Es que la devaluación implica un aumento de la materia prima, que es el petróleo que compran las refinadoras.

Sin embargo, no se espera que se quiera realizar el traslado de la devaluación de un día a otro, sino que fuentes de LLA consideran que lo que habrá es un “sendero” de aumentos. “Pueden llevar el precio a 1 dólar el litro si quieren, pero no lo van a hacer, porque tienen un market share que cuidar”, consideraron. Si bien las refinadoras dieron aviso de los aumentos al Gobierno, la respuesta oficial que recibieron fue: “No hay nada que avisar porque los precios en adelante serán libres”.

El objetivo del gobierno de Milei es unificar los precios del mercado interno con los de exportación. Por eso, el barril criollo, que es el nombre que se utiliza informalmente para el precio que pagan las refinadoras a las petroleras el barril en el mercado interno (muy inferior al internacional), lentamente dejará de existir. Quisieran que “desapareciera hoy mismo”, pero saben que el export parity no se puede trasladar “de la noche a la mañana”. En LLA lo llaman “barril de transición”: es que saben que esa convergencia de pasar de pagar u$s 56 como se venía haciendo a u$s 75 como se exporta no se dará de un día a otro.

Esa unificación de precios, que inicialmente preveían en al menos 18 a 24 meses, podría achicarse a menos de un año. Por un lado, porque las medidas económicas son de “shock”, mientras cae el precio internacional del crudo, y también "ayuda" a cerrar esa brecha la suba de retenciones a las exportaciones.

Una de las incógnitas en el sector era qué pasará con el impuesto a los combustibles líquidos (ICL), que lleva posponiéndose durante más de un año, hasta febrero del 2024, con un atraso del componente impositivo del 156%. Fuentes oficiales afirmaron que no buscarán eliminarlo, sino “reformularlo”, para que sirva como “amortiguador” a los vaivenes de precios internacionales.