El juicio dio comienzo pasadas las diez, con poca presencia de público y en medio de un riguroso operativo de seguridad.

Alrededor de 50 manifestantes corrieron a recibir el helicóptero que traía desde Esquel al líder mapuche a las 8.30 y aterrizó en una cancha de fútbol cercana.

La calle Santiago de Chile era custodiada por 30 gendarmes, 20 efectivos de PSA ubicados en el gimnasio municipal donde se lleva a cabo el juicio y otras custodias están dispuestas en diferentes ingresos al gimnasio. También se registró la presencia de un avión hidrante.

El lonko escuchó los cargos que se imputan en su contra. La abogada defensora, Sonia Ivanoff, que ya dejó en claro la intención de probar que existe "persecución política", atento a ello solicitó que se incorporara como prueba el informe de la RAM que la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, presentó el año pasado en el que vincula a Jones Huala como líder de esa organización.

En tanto el fiscal federal Jorge Bagur Creta, lo consideró improcedente, argumentando que ya venció el plazo para aportar pruebas.

El juez federal Gustavo Villanueva rechazó el pedido de la defensa.

El grupo de manifestantes que permanece en la calle Esandi siguió paso a paso la declaración de Facundo Jones Huala, a través de un parlante.

"Fui combatiente en algún momento de la Resistencia Ancestral Mapuche y estuve involucrado en alguna situación de sabotaje pero no en la que se me endilga en este caso", remarcó Jones Huala en la sala montada en el gimnasio 3, durante la segunda parte de la audiencia.

Luego de un cuarto intermedio,  La abogada Sonia Ivanoff había recalcado que ese informe era fundamental para probar la persecución política contra Jones Huala.

A lo largo de su declaración, el líder mapuche se definió como "un prisionero político". "Nosotros somos tratados como delincuentes cuando defendemos nuestros derechos. Y cuando vienen, nos asesinan como pasó con Santiago Maldonado y Rafael Nahuel".

Fuente: Rio Negro

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