14 de febrero es una fecha que oscila entre la indiferencia y la celebración entre los argentinos.

Los que se oponen acusan al Día de San Valentín de ser un festejo extranjero, comercial, cursi y "rosa" por de más. A este grupo se suman los indiferentes, quienes directamente ignoran la fecha por considerarla ajena a su idiosincrasia.

Los "a favor" se entregan sin cuestionamientos y se proponen un día para repensar ese vínculo afectivo y tener un gesto que lo alimente, aprovechando la oportunidad de celebrar el amor y el cariño.

En el medio, los comerciantes y la oportunidad. En este escenario, lo cierto es que las ventas reflejan una tendencia creciente en Argentina a festejar el día de los enamorados, al igual que en sus países de origen.

Según las consultoras, la mitad de los argentinos está de acuerdo con el festejo de San Valentín y para otras más optimistas la cifra se extendió al 70% de personas a favor de celebrar. La CAME realizó su propio relevamiento e informó que desde 2011 hasta la fecha se triplicó la cantidad de enamorados que se suman a esta festividad, aunque con la crisis el monto de las compras bajó en 2017 en comparación con otros años.

En 2017, el gasto de un regalo osciló entre los $500 y los $1300 y el agasajo más elegido fue la salida a cenar, al teatro o al cine. Came asimismo informó que a pesar de que la fecha ganó más adeptos, si se tiene en cuenta la inflación el gasto total por San Valentín cayó a 3,3% el año pasado, lo que revela un gasto menor en el monto de la compra en comparación con otros años. Y todo indica que este año la tendencia se mantenga.

San Valentín es una celebración de origen cristiano en homenaje a San Valentín de Roma y sus obras de bien. En su extensión laica, celebra los sentimientos de amor y amistad. Tiene una fuerte presencia en los países anglosajones, principalmente en Estados Unidos.

La historia más conocida sobre esta tradición cuenta que San Valentin era un sacerdote que, en tiempos del emperador romano Claudio II, casaba a jóvenes soldados con sus damas en las bodegas de las cárceles -en secreto- en tiempos en que estaba prohibido el cristianismo. El emperador sostenía que los soldados no debían casarse porque perdían la fuerza para luchar.

El emperador al tomar conocimiento de este sacerdote fue presionado para decapitarlo. San Valentín advirtió antes de morir que la hija del juez de la prisión era ciega y en sus rezos pidió por ella. El día de su muerte le hizo llegar un papelito que decía "Tu Valentín". Ella lo recibió sin entender, porque era ciega, pero al mirarlo recuperó la vista.

La celebración pasó a ser una fiesta católica y más adelante un concilio la abolió. En muchas partes del mundo se festeja con distintas intensidades, siempre despertando fanáticos y detractores.