El pasado martes 13 de mayo, un globo aerostático de investigación de la NASA descendió en territorio chubutense, en una zona de meseta entre las rutas 40 y 58. La operación fue parte de una misión científica planificada y no representó riesgo alguno para la población, según confirmó el subsecretario de Protección Ciudadana de la provincia, Eduardo “Lalo” Pérez.

“Esto no fue una caída accidental, sino un aterrizaje dirigido. El equipo técnico que lidera la operación decidió realizar el descenso en un área poco poblada para evitar cualquier tipo de riesgo”, explicó Pérez en declaraciones a la prensa. También recordó que una maniobra similar se realizó en 2023 en Santa Cruz, bajo los mismos protocolos internacionales.

El funcionario detalló que la subsecretaría fue notificada con antelación por la Agencia de Emergencias Aéreas (SARS), con sede en Comodoro Rivadavia. “Nos avisaron que el globo iba a aterrizar en la provincia, cerca del límite con Río Negro, y nos pidieron estar atentos por si ocurría alguna falla o desvío en el descenso”, indicó.

Una vez en tierra, el operativo de recuperación estuvo a cargo del equipo técnico de la NASA, que fue asistido por dos agentes de Protección Ciudadana con conocimiento del terreno, quienes guiaron al grupo hasta el lugar del aterrizaje. La canasta del globo, que contiene instrumentos científicos y datos recolectados, ya fue recuperada. En tanto, la búsqueda del resto de la estructura fue postergada por condiciones climáticas y se retomará el sábado, con un sobrevuelo programado.

“El globo es similar a uno aerostático, pero de mayores dimensiones. La canasta desciende con un paracaídas para proteger los instrumentos. El objetivo principal es recolectar datos sobre clima y realizar observaciones astronómicas”, precisó Pérez. El artefacto había sido lanzado 11 días antes desde una plataforma en Nueva Zelanda.

Respecto a los impactos en la zona de aterrizaje, el subsecretario aseguró que no se registraron daños. “El equipo técnico se encarga de recuperar absolutamente todo, incluso los últimos restos de plástico que puedan haber quedado dispersos en el campo”, afirmó.

El episodio, aunque poco habitual, fue ejecutado bajo protocolos internacionales de seguridad y cooperación científica.