Este jueves se llevó adelante la décima sesión del Concejo Deliberante de Esquel y se realizó la presentación de un proyecto de carácter nacional que plantea reducir la velocidad máxima a 30 km por hora en determinadas calles de la ciudad.

Se trata de una iniciativa de la Agencia Nacional de Seguridad Vial ( ANSV ), denominada "Calles por la vida", que propone reducir de 40 a 30 km / h la velocidad máxima en las calles dentro de las zonas urbanas de Argentina y es promovida en Esquel por la Fundación Estrellas Amarillas .

En este marco, Rocío Esteban de la Fundación, informó a los ediles sobre el proyecto y la importancia de que se pueda llevar adelante en las calles de la ciudad para evitar siniestros viales como el que sufrió su hijo, Lorenzo Rossi, que perdió la vida en el 2017 tras ser embestido por una moto.

Por su parte, el concejal Hernán Alonso, precisó que se aplicaría en las calles céntricas y avenidas de alta siniestralidad en Esquel. Asimismo, detalló los argumentos del proyecto que tienen que ver con la cantidad de muertes en el mundo por colisiones de tránsito y la necesidad de tomar medidas urgentes para prevenir ese tipo de accidentes.

Sostuvo que "es urgente que en las calles donde caminamos, disfrutamos y convivimos cuenten con límites de velocidad bajos porque salva vidas" y agregó que "se ha comprobado que reducir 1 km / h la velocidad promedio, disminuye las colisiones fatales entre un 4 y un 5% ".

¿Por qué 30 Km / H?

La velocidad a 30 kilómetros por hora reduce sustancialmente la distancia de frenado de los vehículos ante una situación de emergencia, lo que incide en la caída de la siniestralidad, como ha sucedido en los países que han adoptado esta medida. Además, en caso de producirse el hecho, una persona atropellada a 30 km/h tiene un riesgo de morir de apenas el 10 por ciento. Dicho de otro modo, de cada 10 peatones atropellados a 30 km/h, 9 sobrevivirán. Por el contrario, a medida que aumenta la velocidad, las chances de sobrevida de un peatón se reducen exponencialmente, indican desde la ANSV.

Reducir la velocidad máxima permitida en calles a 30 km/h puede salvar vidas y mejorar la convivencia segura entre peatones, bicicletas, motocicletas, vehículos de cuatro ruedas, así como con los nuevos vehículos que surgen en las ciudades en respuesta a la movilidad urbana. Al mismo tiempo, esta medida estimulará los desplazamientos a pie y en bicicleta, reducirá la contaminación ambiental y permitirá disfrutar de la calle con más seguridad.