Periodistas que se rasgan las vestiduras a tal punto de encabezar un escarnio público...,"Vecinos" que se preocupan por los chicos "adoctrinados"...Un intendente que trata a los pibes de nazis, repitiendo como loro mal adiestrado...

Eso generó un video de unos pocos segundos donde una joven militante social cantaba con un grupo de pibes cánticos contra el presidente Mauricio Macri.

Podrían haberse tomado, los críticos, unos segundos más en sus reflexiones y mirar el verdadero problema que refleja ese video.

En todo caso, lo que hizo esa militante social, no representa ni una décima parte del adoctrinamiento al que son sometidos los pibes por la televisión o las iglesias (en todas sus versiones).

Y ni siquiera se acerca el efecto que pueda lograr esa militante social sobre un chico, al que puede alcanzar al ver a un presidente, ni más ni menos que un PRESIDENTE, pedirle a los pibes en un acto patrio que canten "si se puede" o en lugar de hablar de Manuel Belgrano, llenarle las cabezas de bronca u odio contra un dirigente gremial.

Pero, insisto, ni siquiera se tomaron un segundo para reflexionar sobre el verdadero problema en ese video: el hambre y la ausencia del Estado para con esos pibes que gracias al esfuerzo y dedicación de esa militante social, se pueden llevar una taza de leche a las tripas.

Ninguno de esos que salieron a criticarla, han hecho jamás una décima parte de lo que esa militante social hace por el otro.

Y alguno de los hipócritas que salieron a criticarla. seguramente querrá contestarme con la pregunta "¿El ser solidaria la habilita a cantar con pibes contra el presidente?". No claro que no. Sí la habilita la indignación, el dolor por el hambre que sufre el otro, el dolor por ver a los padres que llegan a sus hogares sin un pedazo de pan para darle a sus hijos, o con la noticia de que se quedó sin trabajo producto de las políticas neoliberales que aplica un estado PRO mercado, el dolor por la pobreza que se extiende más silenciosa pero más rápida que las críticas fáciles en las redes.

Si pusieran la misma voluntad que pusieron en criticar, en ayudar, seguramente las cosas serían un poquito mejor.

Pero prefieren criticar. Porque se sienten ofendidos que la figurita política que idolatran sea "ofendida". Porque un cantito les ofende.

El dolor en las tripas de aquellos que menos tienen no canta. Al menos no para ellos, los críticos. Sí canta para personas como Sol Kerbage. Es un canto triste, que duele. Profundamente Duele. Y ante ese canto doloroso, ser neutral es de cobardes.

Marcelo Sosa, periodista

DNI: 22.868.939