Los niños son resistentes, sin embargo, los que ya han experimentado dificultades, especialmente problemas de salud mental, corren un riesgo particular.

Igual de importante es la salud mental de los padres, que tendrá un gran efecto en la forma en que sus hijos lidian con lo que está sucediendo. Es de vital importancia ocuparse de sus propias necesidades y buscar ayuda de amigos, médico de cabecera o un terapeuta en caso de ser necesario.

Es muy importante prestar atención a los chicos. Cada uno es diferente y la reacción de cada niño o adolescente al confinamiento es diferente.

Recién nacidos y preescolares

El confinamiento, probablemente significará que los niños tendrán menos visitas y algunos nuevos padres pueden estar trabajando desde casa después de la licencia por paternidad. Todo suma mucho más tiempo juntos, solo ustedes tres (o más si tienen hijos mayores).

Es posible que exista preocupación por la imposibilidad de que los bebes socialicen, pero es poco probable que eso les cause problemas. Es muy importante que los bebés tengan contacto con las personas, pero no importa si no tienen contacto con otros bebés. Desde el punto de vista del desarrollo emocional, no les hará daño. Sin embargo, lo que es perjudicial para su salud es que sus padres estén muy estresados y bajo presión, o que exista maltrato entre ellos.

Lo mismo aplica para los niños en edad preescolar. La gran mayoría de ellos estarán absolutamente bien. Los menores de dos años son extremadamente resistentes y es muy poco probable que tengan algún recuerdo de esta época cuando sean mayores. Además, la realidad actual es todo lo que conocen. Viven en el presente, por lo que pueden adaptarse fácilmente al cambio.

Si los padres están demasiado ansiosos por la pandemia, sin duda los niños se darán cuenta de eso y, a su vez, se pondrán ansiosos. Por lo que es vital que los adultos atiendan su propio estrés si se está saliendo de control.

Salud mental en niños: las consecuencias de la cuarentena

Niños de primaria

Los niños de más de cinco años saben que ha sucedido algo muy extraño y pueden estar preocupados. Es importante estar atento a lo que ellos puedan estar expresando, por ejemplo, alteraciones del sueño, dificultades con el control de esfínteres, lavado de manos excesivo, etc.

Si se observan algunos estos cambios en el comportamiento de los niños, no hay que dejar que el miedo domine. Es momento de tomar acción y consultar con el médico pediatra.

Los niños se dan cuenta rápidamente de los miedos de los padres, por lo que es mejor ser abierto sobre las propias ansiedades; tal vez no parezca ideal, pero dejar que los niños vivan en una burbuja feliz pero irreal no es ideal.

Adolescentes

Es un error pensar que a todos los adolescentes les resultó difícil el cambio de vida. Muchos adolescentes se han sentido sorprendentemente bien. La cuarentena les dio la oportunidad de eludir algunas de las ansiedades y presiones con las que normalmente se enfrentan.

Los adolescentes que tenían dificultades con las amistades y lo social antes del COVID, pueden haber encontrado fácil el encierro, pero volver a la vida social puede ser difícil. Lo primero que se puede hacer es preguntar para saber qué está ocurriendo; y si es necesario, ayudarlos a dar los primeros pasos para reactivar vínculos con sus pares.

Exámenes, fiestas y viajes de egresados, la búsqueda de universidad, se han cancelado o pospuesto. En su lugar hay incertidumbre, y es el momento de acompañarlos, darles espacio para que se abran: "¿Te preocupa algo sobre terminar la escuela/empezar la universidad?", "¿Cómo estás con todo esto? ¿qué te hace sentir esperanzado?", "¿hay algo de lo que quieras que charlemos?". También hay que abrirse con ellos, y para esto no hace falta tener todas las respuestas, (nadie las tiene).

Salud mental en niños: las consecuencias de la cuarentena

Finalmente, autocuidado

Independientemente de la edad de los hijos, es bueno mantener una actitud saludable hacia el cuidado personal. Ahora es el momento de dar un buen ejemplo y demostrar que es importante cuidarse a uno mismo. Por ejemplo, programar momentos que se relacionen con la diversión, la salud, el juego y la conexión, con ellos, con otros adultos y con uno mismo.

Lara Kraiselburd. Psicóloga clínica.

Enfoque basado en evidencia. Psicología positiva.

Instagram: lara.kraiselburd

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