Transcurridos 155 años de la llegada de los Galeses a las costas de nuestra Provincia, esas palabras agigantan la epopeya, que como bien se ha dicho, ha sido una ¨metáfora de la tolerancia¨ que hoy más que nunca tal vez debiera sernos de utilidad para transitar estas horas de extrema dificultad que estamos viviendo.

Es que la gesta de Los Galeses ha constituido un ejemplo único de convivencia pacífica y cooperación junto a los Tehuelches.

Aquel grupo de Galeses que aquí llegaron, cargaban en su equipaje, sueños y quimeras e imaginaron en nuestra Patagonia un horizonte deseado y un camino de progreso.

Aquellos sueños imponían seguir siendo como en su Gales natal, mujeres y hombres sencillos, alegres, solidarios y libres, y así se entregaron al trato con los habitantes originarios.

Nunca intentaron torcerles el rumbo, tan sólo compartir con ellos, el pan, el frío, el desierto, y la ilusión irrenunciable de marchar en dirección a esa utopía sencilla, pero rebelde que hasta aquí los había traído.

Nunca abandonaron su profunda religiosidad, tal vez encontrando allí las fuerzas para afrontar todas las dificultades que esta tierra tenía para ofrecerles.

Los animaba sostener la lengua, la música y la poesía, en cada una de esas almas, y lo lograron.

Tal vez, a la distancia, podríamos pensar que esos sueños y esas utopías son las que templan las adversidades y renuevan las esperanzas.

A esta tierra de utopías, nos hemos ido sumando muchos más, hijos, nietos y herederos al fin de tantos que hasta aquí vinieron.

Nos queda por delante, la misma tarea, el mismo desafío colectivo, mantener esos valores y lograr que esta porción del planeta continúe ofreciendo buenas oportunidades para todos sus habitantes.

Cómo sintetizara brillantemente nuestro escritor Sergio Pravaz, ¨que regresen los tiempos antiguos, porque se acerca la época de una nueva siembra¨

Querida colectividad Galesa, Gwyl y Glaniad Hapus!!!!!!!