En 2015 el congreso aprobó la ley 27.117 que celebra oficialmente "el Día del Mate", fecha elegida en conmemoración del comandante guaraní Andrés Guacurarí y Artigas (1778-1821) quien fomentó la producción y comercialización de la yerba mate.

Esta bebida comenzó a consumirse durante el siglo XIX en las zonas de la actual Argentina, Brasil, Paraguay, Chile y el sur de Brasil, en una época de colonización española y portuguesa, en la cual en algunas zonas el mate era conocido como "oro verde".

En otros países, el mate también es consumido por sus valores energéticos, ya que contiene una buena cantidad de antioxidantes que permiten fortalecer las defensas del organismo, por contener las vitaminas B1, B2, B3, B4, B5, C, E, hierro, potasio y aminoácidos.

La palabra mate viene del quechua "matí" y significa calabaza ya que históricamente era el recipiente y material donde se tomaba. La bombilla se denominaba Tacuarí y era una cañita ahuecada.

En la Argentina es la infusión mas consumida, por encima del café y el té y según estiman los productores está presente en el 90% de los hogares.

Volviendo a lo tradicional, entre los deberes que hay que hacer para preparar un buen mate, la temperatura del agua es uno de los más esenciales: los más experimentados recomiendan que esté entre 70 y 90°, es decir, justo antes de romper hervor. La incorporación de la pava eléctrica ha cambiado el paradigma de la espera de la temperatura justa para siempre. Con estas nuevas tecnologías, el ritual matero se ha simplificado y es posible tener un mate listo en apenas unos minutos.

A pesar de los años, el amor por el mate está intacto y siempre encuentra la manera de renovarse para mantenerse vigente. Tanto es así, que su imagen se incorporó al catálogo de emojis para el celular a manera de invitación para compartir el momento.

Lo que nunca hay que hacer al momento de cebar mate

Poner mucha yerba. Es uno de los errores de cebador más habituales. Hay que tener en cuenta que la yerba se hincha al humedecerse y ocupa un poco más de espacio del que tenía al colocarla en el recipiente. Un mate con exceso de yerba será "corto" (se podrá tomar poco líquido) y con un sabor demasiado intenso, por no mencionar que se desperdicia el producto. Una proporción adecuada es de ¾.

Poner la bombilla antes que la yerba. Un error grave. Se debe primero sacudir un poco el mate tapando la boca con la palma de la mano para mezclar bien los componentes, luego se debe dejar la yerba algo inclinada y comenzar a humedecerla en la parte más baja, con agua tibia o fría. Se deja reposar, esperando que la yerba se humedezca y se hinche, y luego introducir la bombilla

Mover la bombilla, o tocarla. Error garrafal, pues se corre el riesgo de taparla, al remover el polvo fino de yerba y facilitarle el ingreso a la bombilla.

Utilizar el agua a más de 80 grados. Si el agua está excesivamente caliente, "quema" la yerba lo que produce que suelte de golpe sus componentes dando un sabor muy amargo, obteniendo luego en poco tiempo un mate muy lavado.

Agregar agua fría al agua hervida para "arreglarla". De la mano del error anterior, se produce este. Un agua hervida no sólo ha ganado mucha temperatura, sino que ha perdido el oxígeno y ha concentrado sales, con lo cual el sabor será distinto de todas formas, por más que la enfriemos. El mate no será rico. Si el agua se hirvió, se puede reutilizar para otros usos pero no para el mate.

Mojar toda la yerba desde el comienzo. Error de cebador principiante. El arte de cebar consiste en lograr un sabor parejo durante toda la ronda, para ello es indispensable que se adquiera destreza en humedecer la yerba poco a poco, logrando de esa manera que todos los mates tengan el mismo sabor, que no sea ni demasiado amargo, ni lavado.

Si "regamos" la yerba como si se tratara de una maceta, se humedece toda la yerba de golpe, obteniendo unos pocos mates muy fuertes de sabor, y luego el resto de la cebada será de mates lavados.