Esquel: Confirman la condena por abuso sexual a un comerciante
La víctima es una mujer de 77 años. El individuo abusó de la clienta cuando esta iba a comprar. Está condenado a 10 años de prisión #Mira
Se trata del caso en que un comerciante abusó de una cliente de 77 años en el local. El condenado es Carlos Soviers quien fue condenado a diez años de prisión al ser declarado penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal.
La Dra. Carina Estefanía, Hernán Dal Verme y Alejandro Defranco atendieron un recurso de la defensa de Omar Carlos Soviers y definieron rechazar el recurso y confirmar en todos sus términos la sentencia condenatoria-
Carina Estefanía encabezó los votos de la Cámara Penal. En sus consideraciones entendió que "El Tribunal ha valorado correctamente el testimonio de la víctima, y lo ha hecho minuciosamente, partiendo de la base que se trata de una mujer, de 77 años de edad, circunstancia que claramente no puede ser soslayada, toda vez que informan de una mayor vulnerabilidad propia de quienes se encuentran incluidas en el grupo etario de las personas mayores y que merecen una especial protección social y legal".
El caso
Los hechos se perpretaron en un comercio propiedad de Soviers. "La gravedad radica precisamente en el ataque sexual perpetrado por parte del propietario de un comercio de venta al público contra una clienta mujer de 77 años de edad que concurrió a realizar una compra a las 10:30 de la mañana, actividad que de manera cotidiana realizamos las personas sin que ello deba suponer una actividad riesgosa", puntualizó Révori en su momento.
Respecto de las características de la víctima, la magistrada indicó que la vulnerabilidad de la víctima está dada por su condición de mujer, su edad, su menor contextura física, su fragilidad, sus escasos recursos cognitivos y simbólicos como consecuencia de haber nacido y vivido gran parte de su vida en el campo, su escasa estimulación, su analfabetismo, sus escasos recursos para afrontar lo ocurrido.
"Soviers escogió a una víctima que por sus características personales, que conocía cabalmente de antemano por ser clienta desde hacía años de la ferretería, no presentaba peligros para sí y significaba actuar sobre seguro" (Révori). "Se trató de un ataque imprevisto, en un lugar inesperado. Soviers abordó a la víctima dentro de su comercio cuando no había gente, de modo amable y con la excusa de invitarla a tomar un té. Desplegó una puesta en escena para engañarla y lograr que ingresara a la parte posterior del comercio. Ante su negativa la tomó del brazo y a empujones logró conducirla hacia ese sector que significaba para el imputado un sitio seguro donde desplegar su accionar violento, lugar que como pudo acreditarse en este juicio no podía ser visto desde la puerta de ingreso del local ni tampoco desde la zona del mostrador. Allí la neutralizó fácilmente dadas sus características personales, la diferencia de fuerzas y contextura física y finalmente la ultrajó sin que ella haya podido en este estado de indefensión procurado por el encartado, repeler el ataque".