El miércoles 20 de octubre se convirtió en una jornada histórica en Esquel tras la liberación de la Cóndor "Quica", que luego de dos meses de recuperación en la Fundación Cullunche de la ciudad de Mendoza, volvió a tomar vuelo en su hábitat natural.

Ni bien se le abrió la caja de transporte, voló y se posó en una ladera a 150 metros de la gente que se encontraba presente y, después de unos minutos, otros cóndores silvestres llegaron, un macho adulto se posó cerca de ella, interactuaron y, ante la mirada de asombro de todos, se fueron volando juntos.

En sus redes sociales, la Fundación Cullunche expresó que fue "un verdadero honor para todo el equipo haber colaborado con la recuperación de Quica y haber sido parte de algo tan importante en la conservación de nuestros cóndores".

Al respecto, la Dra. Jennifer Ibarra, de la fundación que forma parte del Programa de Conservación del Cóndor Andino, describió como "algo único" lo que se vivió al momento de la liberación de Quica. "Esto no es algo que se ve en todas las liberaciones, hay que tomar la dimensión de lo que ocurrió", expresó.

"Que otros cóndores bajen, que se miren, se reconozcan, que salgan volando juntos y jueguen juntos en el aire, no es común, ustedes fueron unos privilegiados, estamos felices de que haya salido todo bien de que haya valido la pena el viaje de Quica", agregó.

Fundación Cullunche planea llegar a Esquel para capacitar en el cuidado de cóndores

Por otra parte La dra. Jennifer Ibarra destacó el hecho de que se haya entendido que era necesario su traslado, atención y asegurar que estuviera bien, en el marco del Programa Conservación Cóndor Andino.

Explicó además que a Quica se le colocó un microchip como sistema de identificación. "Es algo que se les coloca a todos los cóndores que liberamos por si alguna vez vuelven a caer y se ve si es alguno de los cóndores que uno liberó, no se trata de un seguimiento satelital", explicó.

También reconoció que la recuperación de Quica "fue un proceso estresante" para el equipo de la Fundación Cullunche, dada la repercusión que había tomado el caso entre los vecinos de Esquel. "Se nos quintuplicó la responsabilidad por el tesoro que teníamos en nuestras manos", señaló.

"Como institución nos comprometimos a ir a Esquel para dar una capacitación, una charla para la comunidad en general para que la gente esté capacitada en qué hacer en caso de encontrar un cóndor, a quién dar aviso, cómo sujetarlo, cómo vigilarlo, para maximizar la posibilidad de reinserción cuando cae", adelantó.

"Ojalá que esto sirva y sea un punto de quiebre para mejoras", manifestó la dra. Ibarra y remarcó que "Quica une, tiene que unir y de esto tienen que salir cosas buenas".