Por Milagros Nores

Si hay algo que se perdió a lo largo de la evolución de la medicina es el tiempo para parir. Cada vez son más las mujeres que se atreven a defender su derecho a ser protagonistas de su propio parto: es decir, sin apuros, obediencia ciega a prácticas que la violentan, inducciones o intervenciones quirúrgicas innecesarias.

Este relato es el de una decisión consciente y muy meditada, que resultó en una experiencia extraordinaria: el parto domiciliario. En estos convulsionados tiempos de COVID, Eluned Lloyd pasó 30 horas de trabajo de parto en la intimidad de su casa de Caballito, junto a su pareja Diego y tres acompañantes. Elen nació un 23 de septiembre, rodeada de amor. "Apenas la pusieron en mi pecho reptó sola y se prendió a la teta".

Eluned transitó el embarazo sola con su pareja en Buenos Aires. Su familia es de Esquel y no pudo viajar a visitarla. "Nos enteramos del embarazo el 20 de enero, previo a la pandemia. Había escuchado del parto domiciliario y era un no rotundo. Por qué correr riesgos si tenés la posibilidad de un sanatorio donde está todo bajo control. En marzo empezó la cuarentena, hicimos los primeros controles con mi ginecólogo de hace muchísimos años, un médico experimentado pero muy de la vieja escuela, que no me estaba cerrando en el trato. El tema es que con todo lo del COVID me generaba una crisis cambiar de médico. Al final Diego me convenció".

Parto en casa: “Una experiencia que volvería a elegir”

"Me recomiendan otro obstetra mucho más amable en la escucha, que nos empezó a hacer preguntas sobre nosotros. Le consultamos si hacía parto respetado y nos dijo que sí. Era un paso. Pero en paralelo, me pasan el teléfono de Ana Rosemberg, una doula con mucha experiencia, profesora de yoga, de Técnica Alexander. Porque además, yo tengo la enfermedad previa articular (espondilitis anquilosante) algo que me genera crisis inflamatorias y tenía miedo de cómo me iba a sentir, así que era vital estar en movimiento durante el embarazo" cuenta Eluned.

A partir de la relación con la doula, empezó entrar en contacto más estrecho con la Ley de Parto Respetado, sancionada en el 2004 y el mundo del parto natural, no medicalizado que pregona Michel Odent (ginecólogo francés, pionero del parto fisiológico y de las bañeras de dilatación). Odent comenzó a cuestionar el aumento indiscriminado de prácticas médicas de aceleración o invasión en el parto: oxitocina, epidural, cesárea, episiotomía, pero también cuestionó el ámbito. "Para dar a luz la mujer necesita sentirse segura y con un nivel bajo de adrenalina. En la selva, una hembra segrega adrenalina si ve a un depredador y va a retrasar el parto hasta cuando se sienta más segura" afirma el prestigioso obstetra.

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"Somos mamíferas, hacemos bebés que podemos parir -reafirma Eluned- A mí me decantó el deseo. Me leí todo. Es importante tener mucha información y no naturalizar prácticas incómodas. Hay que entender que el miedo es una industria también y por eso los partos hoy en día son patologizados. A los médicos no les enseñan a acompañar sino a intervenir, desde un lugar que aleja la confianza de la mujer en su propia capacidad de parir y se genera una jerarquía con el obstetra que parte de ese miedo mismo" detalla.

Mientras iba avanzando la cuarentena iban apareciendo las complicaciones en los sanatorios: riesgo de contagio, estudios aplazados o con cambio de lugar, "Yo no voy a parir sola, me dije. Los protocolos por COVID chocan contra la ley de parto respetado, que te dice que vos podés elegir quién te a a acompañar en la sala de parto. Te ponen una vía por protocolo y me dijeron que tenía que parir con barbijo". Eluned terminó de convencerse del parto domiciliario con apoyo de Diego. "El parto respetado en la intimidad permite a la mujer adoptar las mejores posturas, transitar con libertad, es como una contraposición a como es hoy en día" comenta Eluned. Corría la semana 30, la decisión estaba tomada, pero había mucho por hacer.

El trabajo de Eluned fue, por sobre todo, sobre sí misma. "Lo que me fue pasando es que fui generando mucha confianza en mí y en mi cuerpo. Soy una mujer, mi embarazo iba avanzando perfecto y no tenía nada que temer. Todo debería desencandenarse normalmente. Mi equipo lo conformaron la doula y dos parteras que eran una médica generalista y la otra licenciada en obstetricia: Marina Lembo y Ana Paula Fagioli. Charlamos sobre los riesgos y la decisión fue contratar a un obstetra de la clínica donde iba a parir inicialmente, para que esté de guardia ese día".

El mejor nido para la llegada de Elen 

Una enorme cantidad de productos de limpieza, material estéril necesario para el parto y alimentos se acopiaron en la casa de Caballito para recibir a Elen en un entorno óptimo. En la semana 40 y un día, llegó el momento. Después de horas de andar, comer, bañarse en agua calentita las contracciones rítmicas dieron la señal, pero en ese momento, la ansiedad tomó por asalto a Eluned y se esfumó la confianza que tanto le costó construir. "¡No puedo hacerlo, vamos a la clínica!". Hubo un momento donde los gritos congelaron la escena. Con paciencia, el apoyo de Diego y las palabras amorosas de las parteras derribaron el miedo y restauraron la confianza. La partera propuso ir a cuclillas. "Vinieron dos, tres contracciones y yo pensando por dentro: yo puedo sacarla". Así llegó al mundo Elen, y fue cuando Eluned lo decidió.

Datos a tener en cuenta: 

La OMS advirtió que en Argentina las cesáreas superan ampliamente lo recomendado: 60% en clínicas privadas y el 30% en ámbito público, contra el 15% establecido como parámetro.

• En Europa están reguladas las Casas de Partos, espacios exclusivos que brindan un servicio más personalizado y sin contacto con patologías. Están ubicadas a pocas cuadras de hospitales para agilizar los traslados en casos de emergencia.

• Los partos domiciliarios son legales, no están cubiertos por ninguna obra social en Argentina pero sí en muchos países del mundo. Están admitidos para aquellos embarazos no múltiples, que transitan con normalidad, sin patología alguna, y con un bebé que está colocado de cabeza, con indicación de parto normal. En Argentina una diputada presentó un proyecto de ley en 2013 para la cobertura del parto domiciliario, pero quedó frenado.

•Los nacimientos en domicilio son inferiores al 1%, pero los fallos en la atención médica por la pandemia y el temor al contagio llevó a un aumento de las consultas en Buenos Aires.