Por Milagros Nores

En una escuela esquelense surgió este año una convocatoria a través del grupo de whatsapp de padres de tercer grado, para debatir sobre el uso del celular en los chicos, sobre todo asociado a la edad adecuada de iniciación. La idea pretendía unificar criterios para ayudar a la convivencia entre chicos cuyas crianzas a veces son muy dispares, y más específicamente se refería al uso de Smartphone, que permite el uso de chat, redes sociales y conexión a internet. La principal preocupación de una de las madres que había habilitado un celular para su hija de 8 años eran las recurrentes peleas por whatsapp.

En el ámbito deportivo, también en Esquel, a mediados de año un profesor de taekwondo solicitó a los padres que eliminaran el grupo de whatsapp que habían armado los infantiles (de aprox diez años) por ser frecuentes las peleas y el maltrato entre ellos:  "No estoy dispuesto a permitir que los alumnos de la escuela XX armen un grupo que pueda deteriorar la relación entre ellos" manifestaba el profesor.

El debate global sobre el uso de celulares en edades escolares está abierto y comienza con la pregunta de cuál es la edad correcta para que un niño comience a utilizar un celular, e incluso se traslada al ámbito educativo, con posiciones muy dispares entre los docentes que incluyen el celular para uso didáctico en las aulas y quienes enfrentan la postura argumentando que darle un Smartphone a un chico cuando no sabe siquiera escribir sin faltas de ortografía o está en proceso de consolidar vínculos "reales" es contraproducente.

La inquietud por el uso y abuso de la tecnología atraviesa a la sociedad entera, a padres y a hijos. A padres, porque el ejemplo que brindan a sus hijos con sus propias conductas abusivas de las pantallas y evasivas del entorno es la clave para comprender porqué para los chicos resultan tan atractivas. Simplemente, los padres tenemos algo "muy interesante" que miramos más que a nuestros propios hijos.

Se trata de sondear hasta dónde un niño de diez años está listo para enfrentar las inimaginables consecuencias de adecuar su realidad a la de los chats, redes e internet con sus escasos recursos psíquicos para medir las consecuencias de un mensaje agresivo, abusivo, malintencionado o que busque venderle o atraerlo hacia alguna práctica peligrosa para sí o para otros.

Niños con celular: ¿cómo ejercer un control sano?

La discusión atraviesa diferentes ejes:

-La madurez psíquica, ¿están listos? y la autoestima: la constante necesidad de agradar o impresionar

-El tiempo que a los niños les quita la tecnología para dedicarse a la vida "real", la que en definitiva nos rige inevitablemente y a la que hay que enfrentar: tener relaciones y amistades sanas, convivir y lidiar con los conflictos, hacer deporte, hobbies, explorar la naturaleza y lo que nos rodea; estar en familia: mirarnos a los ojos, comunicarnos, pelearnos, abrazarnos.

-La salud: el déficit de atención, la ansiedad y el ritmo de vida vertiginoso, la vida sedentaria y sus consecuencias; los riesgos de la exposición a la luz de las pantallas; problemas cervicales; problemas en muñecas, y por supuesto la adicción en el peor de los casos.

-Los riesgos del acceso de desconocidos a nuestros hijos: el abuso, el maltrato y las estafas.

Maritchu Seitún, en su libro "Criar hijos confiados, motivados y seguros" explica que la tecnología pasó a ocupar buena parte de nuestro tiempo libre y el de nuestros hijos. Para los chicos es natural ser "interrumpidos" por el uso del celular en la vida familiar y viven muy naturalmente que así suceda. En este sentido, la Lic. en psicología y especialista en niñez y adolescencia alerta que "los chicos hacen lo que ven" en una clara interpelación a la conducta de los padres.

Seitún rescata en su libro una opinión del escritor Elkind, quien comenta que la tendencia de tentar a los chicos como consumidores explica porqué hay cada vez menos juego libre en los EE.UU. y otros países occidentales en estos días; que algunos chicos no saben jugar si no tienen un juguete comprado; y que, al mismo tiempo, los días de colegio tienen cada vez menos tiempo de juego, aún en jardín de infantes, y más preparación académica para "convertirse en un miembro productivo de la sociedad". Maritchu afirma "es serio que ocurra, y es muy preocupante pensar que esta tendencia continúe y los chicos pierdan el juego libre en la infancia".

QUÉ DICEN ESPECIALISTAS Y ESTUDIOS 

Sobre la tecnología en general, la sociedad argentina de pediatría recomienda incentivar otras actividades por sobre la exposición a las pantallas, y hay una opinión generalizada de los especialistas que establece a partir de los 11 a 12 años la edad en la que un niño está más preparado para entender este sistema de comunicación, siempre con el control de un adulto.

En 2016, UNICEF realizó un mapa sobre el uso de redes sociales e internet en menores:

"En Argentina hay más de 13 millones de niños, niñas y adolescentes de los cuales, 6 de cada 10 se comunican usando celular y 8 de cada 10 usan internet. La tecnología atraviesa su existencia, impacta en sus modos de conocer, aprender, expresarse, divertirse y comunicarse", destacó María José Ravalli, Especialista en Comunicación de UNICEF. "Para los chicos y chicas, los medios digitales son un modo habitual de comunicación y de interacción con el mundo -continuó.- Actividades como chatear, jugar en línea, buscar y compartir información y contenidos, son acciones cotidianas en sus vidas y, en definitiva, del ejercicio de su ciudadanía digital".

Según UNICEF, el promedio del primer ingreso a la web es a los 11 años, una edad que está en descenso y varía según el nivel socioeconómico de las familias. Si bien más de la mitad de los entrevistados de entre 13 y 15 años accedió a Internet entre los 7 y los 11 años, entre los chicos de nivel socioeconómico alto (NSE alto) el ingreso es a partir de los 7, mientras que entre los chicos de nivel socioeconómico bajo (NSE bajo) es mayoritariamente a los 11.

LIDIAR CON LA REALIDAD Y ACOMPAÑAR EL PROCESO

En relación al abuso de pantallas, Maritxu Seitún recomienda que el tiempo de pantalla hasta los nueve o diez años no supere una hora por día, y a partir de esa edad, no más de dos horas por día. "Puede ser un poco más en el fin de semana, porque tienen más tiempo disponible".

Niños con celular: ¿cómo ejercer un control sano?

La razón que da esta especialista tiene que ver con la necesidad del juego libre que tienen los niños hasta por lo menos los diez años. "La pantalla genera una inhibición de la acción y de la interacción humana" y compara ese momento de soledad del niño frente a la pantalla, con la lectura de un cuento. "Al no haber un adulto que modere la ansiedad, que los calme con su presencia se inhibe la acción (...) como también el juego para los chicos es indispensable para el procesamiento y la elaboración de lo visto o vivido, para descargar ansiedades".

Sin embargo, Seitún alerta que "la prohibición es contraproducente, porque la obsesión por lo prohibido nos jugará en contra si intentamos ponerlo como algo malo. Nos queda entonces la posibilidad de dosificar la edad de inicio de cada una de ellas, así como el tiempo de uso".

¿Cómo logramos el balance? Viendo televisión con ellos, discutiendo juntos esas imágenes, haciendo lo mismo con la play, la Tablet y cualquier otro avance tecnológico para poder desarrollar en ellos el pensamiento crítico. De nuevo, la presencia, la mirada de los padres, ejerciendo un control sano, negociando y balanceando su utilización, es una respuesta posible.