Por María LLoyd

EQSnotas.com ha dado en diferentes momentos el espacio al debate sobre el uso terapéutico del cannabis o cannabis medicinal. Las últimas modificaciones legales han permitido abrir una puerta a la investigación sobre esta planta que definitivamente demostró beneficios en el tratamiento de algunas dolencias y enfermedades. De hecho, en Esquel, se utiliza y se estudian sus efectos.

Mi mamá me cultiva

También se conocen las contradicciones legales, dado que el Código Penal incluye la planta como "droga". Esta situación desemboca tanto en el miedo de muchos para animarse a probarlo, como en las dificultades que tienen otros para acceder a información sobre el uso terapéutico la planta. A este contexto se le suma que explotó la producción de cannabis medicinal de manera casera y hay una gran variedad de calidades dando vuelta, cuyos procesos actualmente no pueden ser controlados.

Lo cierto es que se comenzó a investigar su uso terapéutico desde el propio Estado, lo que significa un gran salto, porque este avance implica un reconocimiento a los efectos que tiene el cannabis en el bienestar de una persona. Falta mucho, sí. Y cabe preguntarse ¿Cómo se pueden investigar sus usos y aplicaciones terapéuticos si pueden aparecer problemas con la ley por probarlas? Y sí, es contradictorio. Además ya hay algunos países del mundo que no sólo la permiten para su uso recreativo, sino también para su uso terapéutico.  Incluso en Chubut se puede conseguir como medicamento fabricado por un laboratorio extranjero.

Aún así, su uso todavía es incipiente y tanto su aplicación como sus distintos componentes "no se pueden usar para todas las enfermedades y personas". La contradicción legal lleva a que muchos le den un mal uso o ignoren la manera en que debe ser elaborado y controlado para que realmente sea seguro y efectivo. En ese marco Fresia Sofrás, de Esquel, es una de las primeras científicas del país en doctorarse en la materia  y actualmente estudia herramientas posibles para asegurar la calidad de productos derivados del cannabis: "Sólo el 30% de los aceites que estudié que decían que tiene CBD (uno de los activos terapéuticos que contiene la planta) tenían efectivamente ese cannabinoide" detalla y asegura: "Se debe a la desinformación producto de la prohibición".

"Las plantas son nobles, pero hace falta educarse"

Casi como una predestinación marcada en su nombre, Fresia Silva Sofrás siempre se interesó por las plantas medicinales. Se considera de Esquel aunque nació en Buenos Aires y estudió Biología en la UNPSJB. Actualmente está becada por CONICET para analizar los preparados medicinales de cannabis que circulan en el país con el fin de encontrar maneras de controlar su calidad.

El "botón de la pasión" por la botánica, como ella lo describió, se lo tocó Silvia Featherston, profesora de la UNPSJB: "Yo quería encontrar algo en una planta y curar", pensaba Fresia. Así se encontró con la realidad de que "Más del 70% de las plantas argentinas no están estudiadas". Desde entonces se formó en España en plantas medicinales y volvió con una beca para estudiar el cannabis: "quiero estudiar todas las plantas que pueda", asegura.

En España hizo un Máster en una universidad de farmacia: "Yo venía con otro paradigma y ahí me di cuenta que en los farmacéuticos buscan qué es mejor para las personas, después tenés el mercado farmacéutico que no es lo mismo. Pero con los medicamentos te asegurás todo un control de calidad que te garantiza que tiene lo que dice", explica.

Luego aclara: "Personalmente no estoy de acuerdo con el monopolio, claro está que incluir solo la epilepsia refractaria es restrictivo, se sabe que hay muchas patologías más que pueden tratarse, aunque no sirve para todo ni para todos. Es un trabajo encontrar las cepas, las formas de administración. Yo trabajo en control de calidad, estoy a favor de la medicina natural como terapia complementaria y sé que el prohibicionismo jugó en contra dado que se genera toda una red de desconocimento, desde el usuario, hasta el médico y el cannabicultor. Ante una situación de vulnerabilidad por la que pasa la gente que tiene que acceder a cannabis, el autocultivo es la única manera que encuentran".

Una regulación es posible

Con los resultados obtenidos, plantea una disyuntiva que tiene que ver con la problemática actual. Si bien no está en contra de la producción artesanal, entiende que producirlo para otros, con la falta de información que hay, es complejo: "Voy a poner un ejemplo para ser más clara. Una amiga tiene trastornos de ansiedad y le recomendaron CBD porque es ansiolítico. El THC, otro de los cannabinoides presentes en la planta, puede exacerbar las ansiedades y por lo tanto puede ser contraproducente. A mi amiga le vendieron un aceite a 2200 que decía "Puro CBD". Primero nada es puro y segundo que cuando lo analicé tenía THC. Hablé con la cannabicultora y me aseguró que "funcionaba" y que había comprado para hacerlo, semillas de la cepa White Widow CBD. Ahí mismo le expliqué que eso no aseguraba que el aceite lo tuviera, que dependiendo de las condiciones de cultivo, pudo haber cambiado su composición. Lamentablemente nadie te puede asegurar la calidad de eso que terminás consumiendo, aunque la mujer actuó de buena fe".

Luego asegura que la falta de regulación es lo que provoca esta situación: "Hay que informarse, porque pueden haber metales pesados, pesticidas, contenido microbiológico, porque lo encontré en los que estudié. En la situación legal que estamos surge un mercado irregular que no te garantiza lo que dice que tiene".

Y bien, con este panorama, la especialista contesta a la pregunta: ¿Se puede controlar en casa la calidad de un aceite de cannabis medicinal? #EnVideoeEQS

Si bien hay todo un camino por recorrer, este es un principio muy alentador: encontrar maneras de controlar la calidad del aceite quizás permita en un futuro no muy lejano, hacer los controles necesarios para garantizarla, además del desafío de romper prejuicios y prohibicionismos. Mientras tanto muchas asociaciones colaboran con la difusión de información sobre el tema, que espera con urgencia una respuesta por el derecho al alivio.