Alaska en kayak, remar en un paraíso de hielo
Martín Capllonch remó 400 km en kayak y en solitario. Glaciares, osos y hasta incendios fueron parte del paisaje. Su experiencia #EnVideoEQS
Martín Capllonch llegó a Esquel (sano y salvo) después de emprender su segundo viaje en kayak en solitario. El primero, en Groenlandia, le dejó sabor a poco y decidió que la experiencia valía un nuevo intento en Alaska.
"El objetivo está cumplido y fue muy satisfactorio" comentó Martín a EQSnotas.com a su llegada. "Alaska es realmente como uno se lo imagina. Una mezcla de lugar salvaje con vegetación frondosa, hielo y glaciares, y mucha fauna marina, una tierra de contrastes".
En esta oportunidad, tuvo que adaptar el trazado que se había propuesto debido a algunos inconvenientes que se fueron dando:
"En el primer mundo, a veces las cosas no funcionan tan bien como uno espera. A la ida estuve dos días varado en Los Ángeles. Cuando llegué a Alaska había un paro en los ferris, que son los que mueven autos y gente por todo el fiordo y son clave a la hora de terminar un recorrido para volver. En mi caso me iban a permitir llegar a Prince William Sound, que era donde pude remar".
"Otra de las sorpresas grandes fue haber visto unos incendios forestales increíbles que me dejaron varado en una ruta 24 horas. Cuando me estaba volviendo la ciudad de Anchorage estaba toda cubierta por el humo. Los lugareños me contaron que están teniendo el verano más seco y caluroso de que tengan memoria, y eso tiene consecuencias ambientales bastante extremas: desde los salmones, que sufren la temperatura del agua y sufren del corazón, a la caída de glaciares, que eso lo viví de cerca, están rompiendo y se hacen bastante peligrosos".
Capllonch comentó que, a pesar de esos imponderables, le tocó un clima óptimo para remar y poder disfrutar el lugar. "Lo primero que puedo responder es que estoy obviamente muy satisfecho. Tuve que improvisar bastante sobre la marcha y terminé haciendo desde Whittier a Valdez dentro de lo que es este golfo, un recorrido más corto de lo pensado y mucho más conservador que el original, que era salir por el golfo de Alaska. Sin embargo muchos guías me decían que era algo bastante complejo de hacer así que quedará para otra visita".
"Después de compartir con amigos algunas remadas y con una empresa que se dedica a esta actividad pude emprender el recorrido en solitario. Se cumplió y salió todo muy bien, sin mayores dificultades. Obviamente hubo días cansadores, y en el medio con un susto grande por la caída de un bloque de hielo del que estaba bastante cerca".
En cuanto a la fauna, "Es increíble la cantidad de osos pardos que pueden verse en todos lados. Eso para los que no estamos acostumbrados es bastante estresante. El tema es que aunque no los veas, sí ves los rastros que dejan al comer salmones. A la hora de estar solo y armar campamento la preocupación es mucho mayor".
#EnVideo el paisaje cotidiano de Capllonch, surfeando bloques de hielo