Por Milagros Nores

Si hay alguien que nunca le falló al Tetratlon "Douglas Berwyn" es este deportista de 58 años. Como el Tetra, Gustavo Freeman cumple también 29 años participando activamente de esta fiesta deportiva de Esquel que atraviesa ámbitos característicos de nuestra ciudad, desafiando la nieve de La Hoya, los caminos de montaña y las aguas de la laguna La Zeta. Un espectáculo deportivo, pero también social y turístico, al que asisten tanto familias, como equipos o solitarios, en donde nunca falta el aliento compartido.

"Hablo del Tetra y me empiezo a entusiasmar" reconoce Gustavo. Y es que ya es un clásico de esta competencia. Cuando se escucha su nombre por el altavoz y se lo ve acercarse a la línea de llegada, es inevitable emocionarse por esa presencia tan familiar que inspira disciplina y cariño por la competencia.

"No puedo no estar", resume Gustavo. Este año ya participó del Tetra de San Martín de Los Andes y recientemente del de Bariloche, en el que hizo podio en su categoría. Ahora se prepara para el de Esquel: "Para mí no pasa por ganar, pasa por hacerlo".

Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”

El deporte es una forma de vida para Gustavo. Dedicó largos años al esquí como instructor del Club Andino, una actividad que también ocupa a gran parte de su familia. Actualmente se dedica en forma continua a practicar una gran pasión, el mountain bike, que complementa con running y trekking.

"Cuando apareció el mountain bike en argentina fue en el ´90 y pico. El primero que lo trajo fue justamente Duggy Berwyn acá a Esquel. Como éramos compañeros de trabajo en el cerro él siempre llegaba con la historia de las bicicletas de montaña. Arranqué en esa época y dejé de ir a esquiar prácticamente por andar en bici. Me sirve para entrenamiento todo el año, porque también practico en ruta".

Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”

-¿Cómo te preparás para el Tetra?

-Una de las ventajas que uno tiene es que el hecho de hacer una actividad física -en mi caso bicicleta todo el año- es una disciplina que ya tengo incorporada. Cuando me decido hacer una carrera así lo voy a ver a Rodrigo Mateos para que me organice con el entrenamiento y aprovechar bien el tiempo. Entreno cuatro o cinco veces por semana y descanso dos días. Él me arma un programa que trato de cumplir. Los viernes por ejemplo, voy al gimnasio y me hace una evaluación de frecuencia cardíaca, recuperación, consumo de oxígeno, todas cosas que están buenas. Pero eso lo hago cuando tengo el objetivo de correr.

-¿Qué implica encarar las disciplinas en forma individual?

-El Tetra es bastante sencillo para una persona entrenada, sobre todo para una que sabe esquiar. Pero aún así yo me entreno lo mejor que puedo. No te voy a dar ventaja nunca. En mi categoría nos conocemos, somos amigos. En mi caso termino muy agotado, pero me recupero rápido. Son tres, cuatro o cinco horas de diferentes disciplinas. No es esquiar nada más, por ejemplo. Tenés que subir 300 o 400 metros con los esquís al hombro, después bastonear, paso patinador, que los brazos te cansan, después la tensión de la bicicleta, venir super concentrado para no caerte. Un año terminé en el hospital y tuve que abandonar la carrera. Tengo un dedo todo cortado.

"Solo corrí en equipo la primera vez, y después del ´90 para adelante corrí siempre solo excepto una vez, que fue un momento especial en mi vida. Fue cuando se enfermó Marisa (su esposa y madre de sus dos hijos). Fue en 2015. La noche antes de correr me llama Loli Roberts (un símbolo deportivo de la ciudad y ocho veces ganador de la competencia). Él estaba trabajando en Catedral, me dice que termina de pisar y se viene a correr conmigo. Y apareció a las diez de la mañana. Largamos, se nos rompió la bici pero terminamos. Fue muy especial por el tema de Marisa y él me vino a acompañar. Son esos gestos de Loli que son tan de él. Deja lo que tiene que ser y sale para donde esté. Sea lo que sea, no pone reparos. Esa fue la única vez que lo corrí acompañado".

Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”

El año del chancho, el caballo, la gallina y el traje de hawaiano

Corría el año ´86.  Muchos esquelenses ligados al Club Andino Esquel y a los deportes aún recuerdan ese comienzo peculiar del tetratlon. Era en equipos e incluía pedestrismo, cabalgata, ciclismo -esta posta implicaba en el sector de la avenida Ameghino agarrar una gallina en bici y llevarla hasta el Monolito- también moto, y la última etapa había que ingresar -disfrazados- a un predio y atrapar a un lechón enjabonado.

Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Primer Tetra de Esquel-Colección Club Andino Esquel

En aquel momento los profesores de Educación Física organizaron un simulacro de todas las etapas de la prueba, que se iban haciendo arriba de  la caja de una camioneta y de la que participaban los más chicos. "Habían puesto un caballo de juguete que acompañaba a los jinetes, una bicicleta fija para los ciclistas y así iban siguiendo las postas. Era todo muy recreativo. Y era su fin".

Ese fue el atípico arranque de una competencia que quedó grabado en la memoria de los vecinos de Esquel. Gustavo acompañó en la organización "Eran 7 equipos de 8 personas que hacían las postas. Vinieron las familias y tenía bastante repercusión porque estaba dentro de la Fiesta Nacional del Esquí".

Algunos de los momentos que recuerda de aquella primera competencia #EnVideoEQS

"Por un tiempo el Tetra continuó como pentatlón pero cada vez más organizado, con disciplinas más marcadas. Fueron dos años que se hicieron primero en posta y después en forma individual. Después ya fue cambiando y la gente se empezó a preparar más, en el ´91 se sacan las motos y queda la competencia a pulmón, priorizando solo el esfuerzo físico -sigue recordando Gustavo-  Ahí Loli Roberts empieza a ganar (de 1991 a 1998). Justo coincide que empieza a desarrollarse el Tetratlón de San Martín de los Andes. Es una historia muy linda porque yo tenía que ir a trabajar con el Club Andino a Chapelco y me lo llevo a Loli para que me ayude como ayudante de profesor y se queda, con 15 años, para correr el Tetra de Chapelco. Ahí queda segundo, pero fue una revelación que la gente no entendía nada de dónde había salido este chico que no conocía nadie y fue ganando toda la carrera, perdió por 30 segundos".

Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”

-¿Cómo ves el Tetra hoy en día? 

-Se ha ido buscando alternativas para que la gente se anime a participar. Primero empezó de una forma familiar, después se hizo competitivo, en un momento se hizo demasiado competitivo y la gente no estaba preparada y le tenía miedo a participar porque quieras o no tenés que dominar cuatro disciplinas. Entonces se analizó volver a las postas y empezamos a hacer hace varios años un tetra promocional con recorridos más cortos donde la idea es que la gente participe. Hemos llegado a tener años de 200 y pico de participantes. Yo estoy conforme con lo que se viene haciendo ahora. Desde que Loli comenzó a promocionarlo hace unos años el Tetra se recuperó. Pero todo es cuestión de organización y motivar a la gente. Es un evento que requiere mucho montaje, mucha gente involucrada, generalmente que dona su tiempo para que salga bien.

Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”
Germán "Loli" Roberts

"Yo recuerdo que hubo años con miles de espectadores. Hoy quizás lo más lindo es ver la motivación a veces en los más chiquitos. Siempre ha pasado que faltan más eventos de este tipo pero no todo el mundo dispone del tiempo, y si lo dispone, no tiene el don de darlo para otros. También es cierto que son disciplinas que no todo el mundo puede hacer, porque no todos pueden aprender a esquiar, tener una mountain bike o andar en kayac y por eso cuesta tanto para los deportistas. Tenés que tener un vehículo para ir a remar, o el pase para ir a esquiar. Otra cuestión es que a los chicos les cuesta mantener una conducta de entrenamiento, y eso ha sido así desde siempre".

-Qué aconsejás para alguien que quiere correr esta competencia 

-En mi caso no puedo decidirme a correr un Tetra quince días antes. No es que haciendo nada digo "a ver, voy a correr el Tetra". O sea, lo podés correr, yo lo he hecho, pero no lo disfrutás. Como consejo no es lo más adecuado. Si uno se decide con tiempo, con cuatro o cinco meses de preparación apuntás más. Por ejemplo tampoco remo todo el año. Pero sí fui casi todo el invierno a remar los fines de semana a La Zeta. Si me ven, deben decir "este loco ¿qué hace?" hacía un frío... Pero uno cuando está mentalizado en algo y tiene el objetivo, por más que esté lloviendo va. Por ahí hacés locuras. En su momento he visto que acá en casa está nevado, ponerme las botas de esquí y hacer subidas por la montaña con los esquís al hombro.

Gustavo Freeman: “El Tetra es parte de mi vida”

-¿Qué es lo que más te gusta de participar en el Tetra y qué te aporta?  

-Es un desafío, es parte mía. Siento que si no estoy, no estoy apoyando este evento. Porque correr para ganar, no corro. Y verlo de afuera no me gusta, entonces prefiero decir, me preparo, participo, soy uno más y en lo posible que alguno me mire y diga, "mirá este viejo se la banca". Viste que no hace falta ser un super atleta sino lo que hay que tener es fundamentalmente cabeza. Si vos apenas largás ya estás pendiente de qué va a pasar en la laguna cuando todavía no terminaste de esquiar y te vas cargando todo ese estrés que te genera la competencia no te va a servir. Yo eso lo tengo claro. Hago etapa por etapa y lo disfruto.

-¿Tenés algún pensamiento que te ayude en esos momentos? 

-Es mucho cabeza. Realmente estos años parece mentira pero me pasó cuando remaba, que pensaba en Marisa todo el tiempo (la emoción llega y hace una pausa) Pero siempre contento, esto te demuestra que todo se puede. No podés ser menos si tenés al lado alguien que la lucha con garra y vos estás haciendo lo que te gusta y no podés no disfrutarlo. Es lo que te da el impulso para seguir. Ese pensamiento me acompaña. Vamos, un pasito más y así termino. Termino orgulloso.