Con el inicio del mes de junio, este sábado se concretará un nuevo aumento en los precios de la nafta, motivado por la actualización del impuesto sobre los combustibles líquidos, que se estima estará entre un 1,2% y 2%. 

Esta suba, que también abarca la emisión de dióxido de carbono, inicialmente estaba programada para el mes de mayo, pero una decisión del Gobierno Nacional postergó su implementación hasta junio, con el objetivo de evitar un impacto directo en el bolsillo de los conductores. 

De acuerdo a la información reciente, el incremento en los impuestos se sitúa en el 1,2%, si bien las estaciones de servicio también consideran factores como la devaluación mensual del tipo de cambio y el precio del barril de crudo al momento de ajustar sus tarifas. 

Este panorama refleja un escenario complejo en el sector de los combustibles, donde diversos elementos influyen en la formación de precios y en la economía de los consumidores.

Por qué aumentan los combustibles

En junio se vence la prórroga del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) correspondiente al último trimestre del 2023. El Poder Ejecutivo tenía que decidir tenía que decidir si continuaba con el congelamiento dispuesto a fines de abril o si volvía a actualizarlo de acuerdo a la inflación pasada acumulada.

La decisión fue descongelar, pero aplicar un porcentaje inferior a la inflación acumulada en los últimos tres meses del año pasado, cuando el alza de precios fue de 8,3% en octubre,12,8% en noviembre y 25,5% en diciembre, según el INDEC. 

Ese trimestre acumuló 46,6%. En ese caso el aumento de impuestos a la nafta debería haber sido de $70 por litro y de $45,50 para el gasoil.

El Decreto 466/2024 publicado en el Boletín Oficial argumentó que esta medida de alivio tiene el fin de estimular el crecimiento de la economía, garantizando un sendero fiscal sostenible, sim embargo libera a partir de julio próximo a trasladar el total de la inflación correspondiente a los primeros tres meses del 2024.