Editado por el Ministerio de Educación del Chubut y realizado por 14 estudiantes de Educación para Jóvenes y Adultos (EPJA) de la Escuela N° 17, de Tecka, comenzó a distribuirse en los establecimientos educativos el libro Mapuche Lawen.

La publicación, que es una edición especial de la Serie Voces que se distribuye regularmente a través de la Modalidad de Educación Intercultural y Bilingüe (EIB), documenta las especies vegetales de uso medicinal y alimenticio que se utilizan en la zona cordillerana y recupera los conocimientos sobre las formas ancestrales de curar que aún se mantienen vigentes en las comunidades originarias de esa zona.

El proyecto tuvo como punto de partida su presentación en la Feria de Ciencias y desde allí continuó creciendo hasta convertirse en este proyecto editorial que hoy está llegando a las escuelas.

La idea fue impulsada por la docente Mariana Rodríguez Albertani quien desde el aula alentó a los estudiantes a llevar adelante el proyecto de investigación que contó con el asesoramiento lingüístico del kimeltuchefe Diego Llancaqueo.

Durante el proceso de recolección y sistematización de la información los alumnos aplicaron lectura, escritura, numeración, medida, dibujo y práctica de gastronomía.

Distribuyen en las escuelas de Chubut el libro Mapuche Lawen

Elaboración del libro

La publicación cuenta con aportes de fotografías e ilustraciones de las escuelas N° 106 de Alto Río Senguer; 114, de Lago Rosario; 208, de Sierra Colorada y 708, de Esquel así como con un importante número de colaboradores.

El contenido comprende las 33 fichas etonobotánicas, la ficha de la piedra del guanaco —única medicina de origen no vegetal incluida por su amplia difusión— y algunas recetas saludables.

"Todo comenzó en 2015 por la insistencia de una docente amiga, Patricia Bravo, para que participáramos en la Feria de Ciencias. Lo hice con los estudiantes de EPJA porque sentía el compromiso de darle sentido al hecho de que adultos de la comunidad tomaron la decisión de ir a la escuela y esta idea me permitía conjugar los saberes que ellos tienen y sus experiencias, con los contenidos del diseño", dijo la docente.

A través de la presentación en la Feria de Ciencias el proyecto fue creciendo y a partir de sugerencias de los distintos jurados que lo conocieron, los estudiantes les fueron incorporando más información como, por ejemplo, con imágenes y proporciones para las infusiones.

Investigación

"Conversamos sobre hierbas para la salud, como se curaban antiguamente en el campo y por qué no corre eso ahora. El proyecto estuvo orientado desde el inicio en la salud: qué tengo que hacer yo para sentirme bien y qué puedo hacer si me siento mal y desde ahí iniciamos la investigación para ver con qué plantas contábamos en nuestra zona y qué uso medicinal tenía cada una", recordó la docente.

Entre las actividades propuestas durante el largo proceso de investigación y desarrollo del proyecto, los estudiantes salieron al terreno a identificar plantas, las dibujaron, fotografiaron, hicieron un herbario, leyeron libros sobre plantas y sus facultades y descubrieron que muchas no figuran en los libros que consultaban. "Hicimos comida con la ortiga y preparamos remedios caseros de uso externo, pedimos socorro cuando apareció la piedra de guanaco y un estudiante de 708 pudo dar respuesta a nuestras inquietudes. Fue un trabajo muy intenso", dijo.

Para las estudiantes, observar el trabajo final y participar en la entrega de la publicación representó un momento muy emotivo. "Sobre todo porque podían mostrarles a sus nietos algo que hicieron ellas y que les generó asombro, orgullo y emoción", sostuvo la docente.