El planteo de los directivos y docentes de las escuelas de Trevelin es claro "los casos o focos de contagio no se generan en las escuelas". Así lo señalan en una nota que fue enviada al Ministerio de Educación y luego al Intendente Ingram para que intervenga.

Lo cierto es que la última disposición del Gobierno de Chubut sigue marcando que la zona cordillerana continuará sin clases presenciales en su mayoría, cuando en otros lugares se dispuso el regreso gradual, con el nivel inicial y el primer ciclo de primaria.

"Queremos comunicar que todas las escuelas hemos trabajado arduamente en la confección de los protocolos y se cumplen de manera efectiva" indican en el texto.

Luego señalan que "la necesidad de la presencialidad es primordial para nuestros estudiantes, ya que no todos tienen el acceso a internet o dispositivos y tampoco hay muchas familias que puedan acompañar la virtualidad debido a que trabajan. Visto esto y todo el tiempo dispensado a la virtualidad es que solicitamos a usted (Ingram) tenga a bien gestionar ante el Ministerio el regreso a la presencialidad bajo cumplimiento estricto de los protocolos y mediante evaluación del COEM".

La nota está firmada por directivos de las escuelas 557, 57, 1723, 1025, 96, 37, 166, 705 y Jardín 2418.

Por su parte el Intendente Héctor Ingram afirmó que "Hay una falta de criterio que genera aún más confusión y, en algunos casos, enojo no sólo de los docentes sino también de padres. Por ejemplo, autorizan en Lago Rosario el retorno de la presencialidad pero no a Sierra Colorada que son una misma comunidad. Hay chicos de esos parajes que vienen a la escuela a Trevelin y chicos de Trevelin que van a los parajes. Entonces ¿cuál es el criterio sanitario?, se preguntó Ingram en contacto con la prensa.

Otro ejemplo que planteó es que, "el argumento para mantener las clases suspendidas en Trevelin es que nosotros dependemos del hospital de Esquel y ese hospital está superado en su capacidad de internación. Pero autorizan las clases en Corcovado que depende del mismo Hospital".

"El año anterior nuestros chicos prácticamente ni tuvieron clases. Hay familias que quizás tienen la posibilidad de minimizar el impacto negativo de esa falta de clases pagando docentes particulares o enviando a sus hijos e hijas a establecimientos privados. Pero es una cantidad mínima. La mayoría de nuestros y nuestras estudiantes están perdiendo un tiempo que no lo van a recuperar más", reflexionó Ingram.

"Claro que lo primero es la salud de la población. Por supuesto que lo más valioso es la vida de cada vecino, de cada vecina. Pero entonces ¿para qué trabajaron con los docentes en el armado de las burbujas, en la preparación de protocolos?. Generaron una expectativa de que se retomaban las clases, y ahora los chicos están en sus casas", concluyó.