Este jueves 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una fecha que busca concientizar y tiene su origen en el año 1981, cuando se diagnosticó por primera vez un caso de esta enfermedad.

Además, cada año en esa fecha la ciencia da a conocer nuevos avances logrados en la batalla contra la pandemia del VIH/Sida con el objetivo de que no sea solo una conmemoración sino también una jornada de concientización para la prevención y también como muestra de apoyo a las personas que la contienen. 

El lema de este 2022 implementado es «Igualdad Ya» y pretende impulsar a trabajar en todas aquellas acciones prácticas que se ha demostrado que son necesarias para abordar las desigualdades y ayudar a poner fin al sida.

Según indica ONUSIDA, debemos comprometernos a:  

  • Aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios para el tratamiento, las pruebas y la prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que precisan. 
  • Reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las poblaciones marginadas, de modo que todo el mundo sea respetado y bienvenido 
  • Garantizar el intercambio de tecnología para permitir un acceso igualitario a la mejor ciencia para el VIH, tanto entre las comunidades como entre el sur y el norte del mundo. 
  • Las comunidades podrán utilizar y adaptar el mensaje «Igualdad Ya» para resaltar las desigualdades particulares a las que se enfrentan y promover las acciones necesarias para abordarlas.  

Los nuevos datos de ONUSIDA sobre la respuesta mundial al VIH revelan que durante los dos últimos años de la COVID-19 y otras crisis mundiales, el progreso contra la pandemia del VIH ha decaído, los recursos se han reducido y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo. 

Tras cuatro décadas de respuesta al VIH, las desigualdades persisten en los servicios más básicos, como el acceso a las pruebas de detección, el tratamiento y los preservativos, y son aún mayores en el caso de las nuevas tecnologías.