A raíz de la reciente prohibición del uso de glifosato en la provincia, productores de Chubut mostraron su preocupación y algunas dudas con respecto a la manera en que se tomó la determinación.

Carlos Eduardo Lloyd es Ingeniero Agrónomo y trabajó más de cuarenta años en el sector público y privado en la Patagonia vinculado a la producción agropecuaria. Consultado por EQSnotas.com analizó la medida: "Definitivamente es un tema interesante para debatir, pero en un espacio serio. No se realizaron las consultas al sector y tampoco se analizaron las consecuencias reales ni el verdadero impacto que tiene el uso del glifosato sobre el medio ambiente".

Cabe aclarar que entre otras acciones, la norma prohíbe la importación, introducción, tenencia con fines de comercialización, fabricación, fraccionamiento, distribución, transporte y aplicación del herbicida Glifosato y productos que tengan como base o principio activo a este químico. Además prevé multas y otras sanciones para quienes no cumplan lo establecido.

"El glifosato es un herbicida de amplio espectro que comenzó a autorizarse en reemplazo de otros productos. Se puede lograr el mismo efecto con una combinación de estos productos que están aprobados pero cuyo uso puede tener mayor impacto ambiental y ser menos convenientes desde lo económico", explicó y detalló: "Es un agroquímico como tantos otros que para que su uso sea aprobado pasa por una serie de pruebas químicas y biológicas comprendidas en un extenso protocolo".

En ese marco, se determinan dosis letales mínimas de diferentes especies, "hay varios indicadores que hacen que el glifosato sea considerado como moderadamente tóxico. Es decir no es un producto extremadamente tóxico con un uso bastante seguro" aclaró el profesional.

Sin embargo hay un punto que no permite distracciones y es precisamente la mecánica de aplicación. El problema del glifosato ha sido el mal uso que en muchos casos está asociado con las aplicaciones aéreas que se llevan adelante sobre todo en las provincias del norte. "En otros países está prohibida la aplicación aérea y aquí no" dice el ingeniero Lloyd, que luego aclara que de todas maneras en la Patagonia no se aplica esta mecánica por varias razones: por el tipo de producción que es más reducida en cantidad de hectáreas, el otro tema es el viento y finalmente por los costos.

"Lo que sí está claro, es que en las provincias del norte ha habido muchos antecedentes de mal uso inclusive con aviones pulverizando zonas periurbanas, lugares alrededor de los pueblos, lo que es una locura" indicó.

El punto entonces vuelve a ser el mismo: "Hay responsabilidad de productores, de técnicos, de los propios pilotos de los aviones. Esto evidentemente nadie lo puede defender pero el efecto no está generado por el producto en sí sino por su mal uso".

Sobre el uso en los campos chubutenses y su reciente prohibición Lloyd es contundente: "El tema exige un debate serio. La gente tiene que estar informada y si hay dudas hay que debatirlo con una buena base de información". Sin embargo no es buena la impresión que le dejó el tratamiento del tema en la Legislatura de Chubut: "Al escuchar las explicaciones de argumentación de la ley, me quede desagradablemente sorprendido al ver el nivel de desinformación que maneja la gente que decidió esto".

Al respecto, expresó: "Citaron datos de encuestas en que decían que un porcentaje lo usa como herbicida, otro para matar orugas y otro como funguicida. Cualquiera puede ver en diferentes publicaciones que es un producto que se usa sólo para controlar malezas porque además no tiene efecto sobre las orugas ni sobre los hongos. Diez minutos de lectura de Wikipedia lo informarían mejor", señaló el profesional. Si se usara como insecticida o fungicida, produciría la inmediata pérdida del cultivo que se desea proteger.

El punto es cómo se reemplazará su uso de aquí en adelante y qué impacto tendrá eso en el esquema productivo local.

La aparición del glifosato permitió entre otras cosas no usar otros productos de manera combinada y habría que volver a ese esquema: "para controlar las malezas que suprime este producto tenés que usar otros dos o tres químicos de forma combinada, en mayor cantidad y mayor frecuencia. No usar el glifosato obliga a usar otros productos que no solo son más costosos sino que tienen un efecto ecológico igual o peor."

Además, el Ingeniero agrega que "por su característica permitía el desarrollo de tecnología de siembra directa que evita rastrear el suelo, ararlo y otra serie de cuestiones que también tienen efecto sobre el suelo, porque al moverlo hay pérdida de materia orgánica, por ejemplo". Entonces los productores también deberían reinvertir en otras maquinarias.

Lo cierto es que "si hoy el productor se ve obligado a no usarlo, automáticamente se vuelve menos competitivo. A manera de ejemplo, va a producir menos carne y se va a ver compitiendo con el norte que sí lo tienen habilitado. Es decir, vamos a transferir dinero hacia el norte, menos puestos de trabajo y menos producción local gracias a una medida inconsulta".

Luego Lloyd aclaró: "No defiendo el glifosato y hay que proponer que se debata su uso, pero no se puede salir con ese nivel de desinformación a aprobar una medida claramente política que hasta da vergüenza."

También detalló que "está estudiado que ningún producto en la zona patagónica presenta inconvenientes por el uso del glifosato. Sí hay algunas que han tenido alertas por el mal uso de otros agroquímicos y por la ausencia de supervisión profesional pero si se hace un uso correcto y bien supervisado es un producto de muy bajo riesgo."

Finalmente concluyó: "Hoy los costos están por las nubes y la producción tiene baja rentabilidad. Si a esto se le suma la prohibición del glifosato, se pierde competitividad. Se va a perder dinero de la economía local".